Diario de León

Real Madrid 2 Bayern Múnich 1 Un doblete del delantero consuma otra remontada loca de los blancos ante un crudísimo Bayern y les cita con el Dortmund en Wembley

Joselu mete en la final a un Real Madrid inmortal

La plantilla del Real Madrid celebra una nueva remontada en el Bernabéu, esta vez ante el Bayern, que les mete en la final. J. J. GUILLÉN

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óscar bellot
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Fútbol | Liga de Campeones

Es la gran estrella

Vinicius volvió a ser la estrella del Madrid, fue el único que creó peligro de principio a fin

El Real Madrid estará por decimoctava vez en la final de la antigua Copa de Europa, la sexta en los once últimos años (2-1). Un registro extraordinario que da cuenta, una vez más, del asombroso manejo de la máxima competición continental por parte de un equipo asombroso al que nunca hay que dar por muerto. Ni siquiera cuando se ha oficiado el funeral y clavado el último clavo en el ataúd del finado. En un partido crudísimo, los blancos vieron cómo reaparecían sus viejos fantasmas ante el Bayern y se alejaba el avión que debía trasladarles a Londres.

El conjunto bávaro, espejo de su adversario en tantas cosas, sacó el manual de resistencia en el Santiago Bernabéu, el mismo que aplicó su oponente en la ronda anterior frente al Manchester City, e hizo frente a las numerosas embestidas de los locales con un Neuer inmenso. El cancerbero, veterano de guerra, completó una actuación monstruosa para sostener a los visitantes frente al batallón de Ancelotti, abrumador por momentos pero sin tino, antes de que Davies, apuntado en la agenda de Florentino Pérez, pusiese al Bayern con un pie en Wembley y colocase al Real Madrid en el féretro. Pero los locales, irreductibles, emergieron un vez más de la tumba de la mano de un salvador inopinado. Joselu, puro ADN de La Fábrica, rescató a los blancos con un doblete y volvió a demostrar el espíritu inmortal de una escuadra que tiene más vidas que todos los gatos del mundo juntos. El gallego, suplente de lujo y candidato a fichaje del año por detrás de Bellingham, agendó la cita del Real Madrid con el Borussia Dortmund y mantuvo vivo el sueño de la Decimoquinta.

Vinicius, que abrió un latifundio caracoleando por banda izquierda pero no logró conectar con Valverde, y Davies, que buscó la escuadra sin suerte, mostraron la disposición de unos y otros a recrudecer el combate sin perder de vista, por ello, la necesidad de cuidar las trincheras.

Vinicius era el mejor, pero Rodrygo perdonó una y otra vez, hasta que Davies, con un latigazo, puso el 0-1. Tocaba sufrir y encomendarse a los dioses.

Trató de reponerse el Real Madrid, que llegaría a cantar el empate de inmediato, bien anulado por falta previa de Nacho sobre Kimmich a la salida de un córner. Ancelotti acudió a la experiencia de Modric y la energía de Camavinga, mientras Tuchel reforzaba el abrigo del Bayern retirando a Sané para dar paso a Kim Min-jae y cerrar con cinco defensores. Quemó sus últimas naves Ancelotti llamando a filas a Joselu y Brahim para redoblar el asedio y Vinicius, a pase de Rüdiger, dispuso de una excelente ocasión tras imponerse nuevamente a Kimmich, pero remató desviado.

Y la magia volvió otra vez

Y cuando la suerte del partido parecía escrita, el guion burló al Bayern. Neuer, impecable hasta entonces, tiritó en un disparo sin excesivo veneno de Vinicius y Joselu recogió el regalo para envolverlo a la red. El Real Madrid, electrizado, apretó para evitar la prórroga. Y Joselu, a pase de Rüdiger con todas las piezas ya descolocadas en ese metraje loco en el que el Real Madrid se conduce como nadie, empaló el segundo para certificar, con suspense y polémica por un gol anulado al Bayern por fuera de juego, otra hazaña del Real Madrid en su torneo fetiche que incluso dejó en ‘pecata minuta’ lo del City de hace un par de años. Así se las gastan los de Chamartín.

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