Diario de León

El miedo se viraliza en las redes sociales

Los bulos y las noticias falsas o descontextualizadas se propagan por internet ningún control ni confirmación

Un joven participa en una actividad sobre redes sociales. EFE

Un joven participa en una actividad sobre redes sociales. EFE

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Una noticia de hace siete años se cuela desde hace semanas en chat de grupos. La información, vieja, habla del desafío entre menores de desaparecer durante al menos dos días y conseguir seguidores en redes sociales, unas plataformas desde las que sus usuarios de forma inocente pueden expandir alarmas innecesarias pero muy peligrosas.

Otro ejemplo claro sucedió hace casi un año cuando mensajes de cuentas de TikTok de EE UU cruzaron fronteras para difundir un supuesto reto que animaba a abusar sexualmente de otras personas el 24 de abril con la idea de que era el Día Internacional de la Violación.

El miedo comenzó a divulgarse en las redes hasta el punto de que muchas chicas hablaban en sus perfiles de no salir a la calle ese día o de hacerlo armadas. La Policía Nacional tuvo que salir en tromba con las mismas armas y usar su TikTok para llevar su mensaje a los más jóvenes.

«Por supuesto que el día 24 de abril no es el día internacional de la violación», dice la agente uniformada en el vídeo que se difundió en este red.

El contenido policial termina con palabras similares a las que el subinspector del grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional Víctor Fernández dice a Efe para advertir de que en muchas ocasiones se comparte contenido inadecuado que está lejos de la realidad.

Los retos

Uno de esos contenidos que son susceptibles de propagarse son los retos, como también los bulos o los intentos de estafa. «Siempre están circulando», asegura Fernández, que explica que incluso son formatos recurrentes que están una temporada y desaparecen y al cabo de un tiempo vuelven a difundirse. Es el caso del reto viral de la desaparición de las 48 horas, un «viejo conocido» para los agentes y del que la Policía no tiene constancia de ningún caso que haya seguido el desafío.

Esto no significa que reflotar algunos de estos retos no supongan un riesgo ni que todos los que circulan sean peligrosos. Por supuesto, dice el responsable policial, hay desafíos solidarios o cómicos que no responden al patrón de seguir una comportamiento arriesgado. Ahora bien, son estos retos que implican una conducta temeraria -por ejemplo hacerse un selfi al borde de un edificio o en un precipicio- los que no deben compartirse, recomienda el subinspector, que insiste en que esas «invitaciones» persiguen, en el fondo, que el usuario que las difunde gane «me gustas» y seguidores en su perfil.

Fernández explica que el miedo y lo que genera alarma social es una de las mercancías más fáciles de compartir, de hacerse viral y, también, de lograr más seguidores.

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