Villar del Monte estrena la casa museo del encaje con la colección de paños de ofrenda
El pueblo cabreirés será visitado por encajeras belgas dentro del Congreso Internacional del Encaje
La casa museo del encaje de Villar del Monte ya es una realidad. Una colección de quince paños de ofrenda rescatados de las viejas arcas de la comarca leonesa de La Cabrera estrena este espacio cuya restauración y puesta en valor se debe a Natividad Villoldo, directora del Museo y Centro Didáctico del Encaje de Castilla y León con sede en Tordesillas.
La apertura de la filial cabreires coincide con el décimo Congreso Internacional del Encaje, que se inicia hoy en Fermoselle (Zamora), continúa en Tordesillas y se desplaza a León los días 19 y 20, al Museo Etnográfico Provincial de Mansilla de las Mulas y a Villar del Monte, respectivamente.
La casa museo es una vivienda típica cabreiresa, con dos corredores de madera, uno delantero y otro trasero, y un horno de barro, que se encuentra en la calle principal del pueblo de Cabrera Alta. La parte baja es la que se ha acondicionado para las exposiciones temporales que, de momento, será su principal función. Un carro chillón donado por un vecino, un arca y herramientas propias del trabajo de hilar se han convertido en objetos de museo y elementos de reposo para la colección de paños de ofrenda con la que se abre por primera vez al público.
«Abrimos con esta colección de paños de ofrenda y con el tiempo la iremos ampliando», señala la emprendedora. La labor de recopilación e investigación es una de las facetas del centro didáctico y en los paños de ofrenda cabreireses ha encontrado muestras de trabajos de encajes, pasamanerías y bordados.
En Villar del Monte ha habido una parte de casualidad y otra de búsqueda y esfuerzo. «En Cabrera se cerraron las casas y se quedó todo dentro y cuando compré la primera casa me encontré con un paño. Fue un auténtico regalo porque sabía que en León los había pero hasta ahora nada no había encontrado nada», explica.
Cuando llegó al pueblo la gente sentía curiosidad por su interés en restaurar casas e instalar allí, en un sitio casi deshabitado y olvidado, una filial del museo del encaje Tordesillas. «Preparé una charla y una pequeña exposición con lo que había recopilado y se emocionaron al verlas con sus nombres. Ahora ya se creen que aquellos paños en realidad son joyas», añade Natividad Villoldo.
El Museo del Encaje de Castilla y León cuenta con una colección de 80 paños de ofrenda. Los mejores proceden de las provincias de Salamanca y Segovia. Los quince que han encontrado en La Cabrera, los últimos desde Corporales, donde una de estas piezas se ha utilizado durante décadas como mandil de la Dama en el Danza del Rey Nabucodonosor que se representaba tradicionalmente en este pueblo durante la festividad del Corpus.
El centro didáctico ha realizado reproducciones de algunas de las piezas rescatadas de las arcas de La Cabrera, al igual que ha hecho en los últimos veinte años con los fondos de Segovia y Salamanca.
La exposición será inaugurada el martes dentro de los actos del décimo Congreso Internacional del Encaje que organiza la Asociación Promotora del Encaje en Castilla y León junto con el museo y el centro didáctico. En el congreso participan 200 personas, más de un centenar llegadas desde diversos países europeos.
Villar del Monte será visitado ese día por una delegación de 26 belgas, que forman parte de la escuela de Nadine Pawels en Tense. Esta profesora también ha restaurado una casa en el pueblo cabreirés, el mismo elegido por Brian Jeffery, inglés experto en el músico español Fernando Sor que adquirió la casa rectoral de Villar del Monte y tiene previsto gestionar desde allí su editorial virtual de música y literatura.
El pueblo ha sido objeto de un plan de recuperación arquitécnica de las fachadas y corredores de la plaza y la calle principal con fondos de la Diputación provincial y varios de sus pajares con teito de paja están en proceso de consolidación dentro de un proyecto de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
La casa museo de Villar del Monte se realiza totalmente con financiación privada. «Si mantenemos la arquitectura e intentamos que el paisaje no se degrade ya habremos salvado algo, pero lo importante para el futuro es la gente y es la que falta», señala la impulsora de la casa museo, desde la que pretende organizar cada año al menos dos exposiciones que, como mínimo, garantizarán visitas de personas afines al mundo de los encajes de España y otros países europeos.
El centro didáctico del Encaje de Castilla y León organiza periódicamente cursos que cuenta con clases Natividad Villoldo y Juan Carlos Posada Pérez. En estos talleres se enseñan todas las técnicas del encaje (bolillos, malla, aguja, macramé, deshilados y bordados) y se estudian los encajes creados desde el siglo XVI hasta la época actual.
El museo, que ahora abre la filial de Villar del Monte, pretende ser, señala su promotora, una muestra «de encajes que tuvieron gran relevancia en otras épocas y que cayeron en el olvido, concienciando a la vez de lo importantes que fueron y son para la cultura tradicional de Castilla y León».