Catorce fotos inéditas del castillo
Aparecen en un desván de Burgos imágenes de la fortaleza templaria tomadas por Gustavo Luzzatti. Miguel ‘Jota’ García recupera la figura del pionero de la fotografía.
Estaban en un desván de un instituto de Burgos, mezcladas en una colección de dos mil clichés y placas de la colección de imágenes de un antiguo profesor. Son 14 imágenes inéditas del Castillo de los Templarios, tomadas a principios del siglo pasado por el fotógrafo aficionado nacido en Italia Gustavo Luzzatti (Porpetto, Italia, 1857- Busdongo, 1917), ingeniero que llegó a Ponferrada con el ferrocarril en 1882 y que vivió durante décadas en la calle Ancha. Las fotografías aparecen ahora en la revista Bierzo que acaba de publicar el Archivo de la Basílica de la Encina junto a un artículo sobre los Luzzatti, entroncados con la familia ponferradina de los Quiñones, del historiador Miguel Jota García.
El desván del instituto Conde Diego Poncelos de Burgos guardaba imágenes reunidas por el profesor Isidro Gil Gabilondo, fallecido en 1917. Jota supo de ellas este verano por un profesor del centro y ahora ha reunido las 14 fotografías que Luzzatti tomó del castillo entre 1892, año en que ya había bombillas en Ponferrada —y en la imagen se ve una farola eléctrica— y 1909, cuando derribaron parte del puente de entrada que aún aparece en las imágenes.
Natural de la región de Udine, Gustavo Luzzatti fue hasta su muerte ingeniero en la empresa Ferrocarriles del Norte, que le trajo a Ponferrada en 1882. En la capital berciana se casó con Margarita Quiñones, con quien tuvo seis hijos, y vivió a caballo de Galicia y el Bierzo. Aficionado a la fotografía en una época en que una cámara era un lujo al alcance de muy pocos, Luzzatti publicó algunas de sus imágenes en el diario madrileño ABC , como la inauguración del horno de una cantera en Corullón.
Luzzatti también escribió artículos sobre su labor como ingeniero y en especial sobre los accidentes ferroviarios. La paradoja es que fue precisamente un accidente de tren en Busdongo, lo que terminó con su vida en 1917. «Estaban probando un tren cuña contra la nieve en Busdongo y el vagón en el que viajaba se despeñó y arrastró a la locomotora», cuenta Jota .
Sus imágenes del castillo de Ponferrada acabaron en la colección del profesor guipuzcoano Gil Gabilondo, que también murió en 1917. Y han tenido que pasar casi cien años para que las fotos hayan aparecido en el cajón del instituto de Burgos donde enseñó Gabilondo y ahora se publiquen en la ciudad que retrató.