Diario de León

NUEVO PROYECTO ENOLÓGICO

Emilio Moro pone la mirada en el Bierzo

La prestigiosa bodega de Ribera del Duero elige el godello de la comarca para su primer vino blanco con una elaboración inicial de 16.000 kilos.

José Moro y Enrique Garzón tras la firma de un convenio entre la bodega y la Universidad de León. DL

José Moro y Enrique Garzón tras la firma de un convenio entre la bodega y la Universidad de León. DL

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León

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Rafael Blanco | Ponferrada

Emilio Moro SL, bodega de referencia en Ribera del Duero por prestigio y calidad de elaboración, ensaya en el Bierzo su primer blanco a partir de la compra de 16.000 kilos de uva de la variedad autóctona. Lo hace en un momento en el que el godello despierta grandes expectativas en los mercados internacionales, un desbordado interés no sólo en las bodegas de la comarca, sino también de otras zonas de producción de tintos, y una gran demanda de la uva por parte de bodegueros de Valdeorras que, ante la escasez de la vendimia en esa zona de elaboración de este monovarietal, la más importante del país, han llegado a pagar hasta dos euros por kilo a los viticultores bercianos. Sin embargo, la producción es limitada: de las 3.027 hectáreas de cultivo en la comarca se vendimiaron en 2015 algo más de 16 millones de kilos de uva y sólo uno fue de godello. La palomino sigue reinando entre las blancas bercianas con un 17% de la vendimia, pese a las nuevas plantaciones de godello, aunque el interés se centra en las cepas más viejas y el clon auténtico, algo realmente muy escaso en el viñedo comarcal.

Reconocen desde la dirección de la bodega de Pesquera del Duero, que tradicionalmente ha limitado su actividad a los tintos de la variedad Tinta del País, que «el Bierzo y la una de la variedad godello son zona y producto prometedor», y «pese a no ser el mejor año por las condiciones de la vendimia, sí es cierto que estamos en una fase de conocimiento del viñedo y del potencial del producto para saber que puede dar de sí la variedad».

Otra cuestión es si el vino llega a comercializarse o no. Y aunque esa decisión «deberán tomarla de manera conjunta entre el departamento técnico y comercial», todo indica que sí habrá un godello de Emilio Moro de la vendimia 2016 en el mercado, tanto por volumen de elaboración —serían unas 20.000 botellas— como porque el proceso se ha realizado bajo los criterios de la Denominación de Origen Bierzo para obtener su certificación. Ni viñedo propio ni compra, habilitación o construcción de bodega entran de momento en los planes de la sociedad que preside José Moro. Pero el interés por la elaboración de este primer blanco de la bodega —que

ya ensayó en el año 2006 con viognier plantado en los pagos alto de Pesquera del Duero y que luego arrancó— es tan evidente que es la propia Patricia Moro, sobrina de José, hija de Javier y directora de Procesos y Producción en el departamento técnico de la bodega, quien está directamente al cargo del proceso de vinificación que se desarrolla en Encima Wines, la nueva bodega de Manuel Benito Otero ubicada en Molinaseca.

COLABORACIÓN CON LA ULE

De prosperar el proyecto no sería la única vinculación de Emilio Moro con la provincia. La bodega y la Universidad de León, a través del Instituto de la Viña y el Vino, firmaron en 2003 un convenio de investigación para la obtención de un patrón de máxima calidad de los pagos más emblemáticos de esta familia de viticultores, los viñedos conocidos como Sanchomartín y Valderramiro, de 90 años, que fuese trasladable al resto de sus pagos. Ese convenio se extendió luego al apoyo científico y técnico por parte de la institución académica leonesa para la realización de ensayos nutricionales y su seguimiento a nivel del suelo y planta en los propios viñedos.

En la historia de Emilio Moro el primer hito se fija en 1891, cuando nació el viticultor que le da nombre, si bien fue su hijo, también llamado Emilio, quien realmente creó la bodega que hoy, ya bajo la idea reinterpretada en 1987, gestiona la tercera generación, José y Javier, con el primero como presidente. Fue éste quien en 1989 impulsó el primer etiquetado. En 1998 nació Malleolus para reemplazar a los clásicos crianza, reserva y gran reserva con un vino, y dos años después el primer vino de pago. En 2009, como resultado de esas investigaciones, nació Emilio Moro Clon de Familia como expresión de la personalidad y el carácter de los viños de la bodega labrados en su larga tradición. La bodega, que no ha desarrollado fuera de Pesquera del Duero más proyectos que el de Cepa 21, comercializa un millón de botellas al año bajo las referencias de Finca Resalso, Emilio Moro, Malleolus y sus vinos de pago Valderramiro y Sanchomartín, y Emilio Moro Clon de Familia.

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