Un gran incendio acaba con más de 30 años de historia de Embutidos Santa Cruz
El fuego ha devorado las tres naves de esta empresa de Bembibre y miles de kilos de embutidos
Un gran incendio ha arruinado, este viernes, los más de 30 años de historia de la empresa Embutidos Santa Cruz, ubicada en el Polígono Industrial del Bierzo Alto de Bembibre. Se declaró a las seis de la tarde y se propagó con tanta rapidez que ha devorado por completo las tres naves que conforman el recinto. Y con ellas, miles de kilos de jamones, cecinas y chorizos; así como los productos contenidos en el almacén polivalente de la planta superior.
Las causas se desconocen. Lo único que puede explicar el administrador de la empresa, José Antonio Otero, es que el fuego se declaró en la parte posterior de la nave, cerca del patio. Sobre qué pudo ser el origen, asegura no tener ni idea. En ese momento, en el interior de la nave trabajaban una quincena de personas. Todas han salido ilesas.
Los propios trabajadores se involucraron en la extinción del incendio nada más que detectaron la presencia de humo, pero con las mangueras de extinción no pudieron hacer mucho, sobre todo cuando las llamas alcanzaron una zona donde estaban almacenados varios bidones de plástico que se utilizan para el almacenaje de las tripas de los embutidos, explicó José Antonio Otero.
Para cuando los bomberos de Ponferrada llegar al recinto de Embutidos Santa Cruz, el fuego ya se había propagado por el interior de las tres naves, conectadas entre sí por un pasillo central, y la intensa humareda negra era visible desde varios kilómetros a la redonda. De hecho, la Sala de Operaciones del 112 recibió 40 llamadas alertando del incendio en un margen muy breve de tiempo.
Debido al intenso humo, la Guardia Civil tuvo que establecer un dispositivo de regulación del tráfico y se recomendó circular con precaución por la autovía A-6 debido a la baja visibilidad.
"Está ardiendo toda la nave, con todos los jamones y las cecinas dentro y las cámaras llenas de carne de vaca y de ternera. Es un ruina total, toda una vida perdida", ha asegurado el administrador de la empresa, que asegura que puede contabilizar la cantidad de producto que se ha perdido, ya que sacan al mercado "miles de kilos" todas las semanas.
Seis salas llenas de jamones y cecinas y otra tres salas con chorizos y las cámaras frigoríficas llenas de carne. Es es el único recuento que puede hacer un hombre que lo ha perdido todo en un abrir y cerrar de ojos. "Los bomberos tardaron media hora en llegar", se lamenta mientras contempla la destrucción de una empresa de fabricación de embutidos y salazones y también despiece.