El Ministerio teme un tercer derrumbe en el viaducto y no se atreve a dar ningún plazo

Ni se conocen aún las causas, ni se confirma que el otro viaducto sentido Madrid se abrirá en verano, más después del segundo derrumbe en la tarde del pasado jueves. Es más, se teme que el tablero de hormigón que quedó entre los dos vanos se venga abajo en los próximos días, según reconoció ayer la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en su visita al viaducto del Castro, once días después del primer accidente en este tramo de la A-6 fronterizo entre el Bierzo y Galicia.

Raquel Sánchez, que estuvo acompañada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la consejera de Movilidad, María González Corral, en representación del gobierno de Castilla y León, entre otras autoridades, conoció ayer por la tarde de primera mano la situación en una de las grandes vías de comunicación de España, donde todo apunta a que los trabajos se demorarán durante meses, por no decir años, para volver a la normalidad. Mientras, se seguirá circulando durante nueve kilómetros por la antigua N-VI en el paso por Piedrafita.

«Ahora lo que hay son hipótesis», dijo la ministra, que recordó que el accidente se produjo cuando se estaba actuando en el viaducto, con una inversión de 25 millones de euros por vía de urgencia. «A raíz de unas inspecciones se observó que había problemas estructurales, y se decidió hacer unas obras de urgencias», insistió.

Raquel Sánchez, que viajó ayer por la tarde desde Soria, donde inauguró un tramo de autovía por la mañana, hasta la localidad de El Castro, aún en tierras del Bierzo, donde se encuentra la mejor vista del desastre, garantizó que se emplearán «todos los recursos que sean precisos», tanto técnicos como materiales. El Ministerio, en ese sentido, está contratando empresas de primer nivel, «para que nos digan lo que hay que hacer», explicó.

«Vamos a actuar con la celeridad que sea posible», insistió Raquel Sánchez, que no se atrevió a dar plazos pese a las preguntas insistentes de los periodistas. «Es pronto», afirmó.

Otro punto prioritario para el Ministerio será la seguridad, tanto de los trabajadores que acometan los trabajos de retirada de las grandes moles de hormigón como de los conductores, que de momento tendrán que seguir pasando por la antigua N-VI.

Raquel Sánchez insistió también en que existe un sistema de seguimiento y control para inspeccionar las grandes infraestructuras por lo que descartó que el problema tenga antecedentes en su construcción. «Me gustaría transmitir un mensaje de tranquilidad. Funcionó la inspección. Para nosotros lo importante ahora es la seguridad», añadió.

«Lo más prudente es no generar alarma ni preocupación. Sometemos a nuestras infraestructuras a un riguroso sistema de inspecciones y trabajamos para recuperar lo antes posible la circulación», fue su mensaje final, esta vez según lo reflejado en un comunicado del Ministerio.