Diario de León

Los socios del IEB exigen la dimisión de la presidenta por su «pésima» gestión

La culpan de llevar a la institución al borde de la extinción, asfixiada por la deuda económica

La presidenta del Instituto de Estudios Becianos, Patricia Pérez Bruzos. ANA F. BARREDO

La presidenta del Instituto de Estudios Becianos, Patricia Pérez Bruzos. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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Los socios del Instituto de Estudios Bercianos (IEB) se rebelan contra la presidenta, Patricia Pérez Bruzos, y exigen su dimisión por haber llevado a «una institución histórica en la vida cultural del Bierzo» a una «grave situación económica» que compromete su continuidad, marcada por los impagos a trabajadores y proveedores y por la imposibilidad de acceder a subvenciones por no estar al día con la Seguridad Social. Algo inadmisible e «impensable» para los socios denunciantes. Son casi 80 que también han criticado la falta de claridad y la «evasión de responsabilidades» por parte de quien está al frente del IEB.

A 60.000 euros asciende la deuda real de una institución cultural que está a punto de cumplir los 65 años de historia, según los datos desgranados en la carta abierta con la que los socios reclaman un cambio de rumbo que pasa por la salida inmediata de Pérez Bruzos.

«En la asamblea anual del 31 de marzo, la directiva no fue clara con los socios y omitió informar sobre la deuda real existente en aquel momento. Solo a instancias de los presentes se reconoció que se elevaba a 9.000 euros. Se ocultó, sin embargo, que a mediados de 2022 ya habían comenzado los problemas económicos. Si en aquel momento se hubiera reconocido de forma clara y transparente el problema y sus causas, es muy probable que se hubieran podido buscar soluciones con la ayuda de los socios. Por el contrario, se emprendió una huida hacia delante buscando en otros la responsabilidad de una situación que, a estas alturas, parece evidente que no es más que un problema de pésima gestión de los recursos de la entidad», aseguran los firmantes del escrito en el que se pide la dimisión de la presidenta.

Esos «otros» a los que los socios se refieren cuando hablan de la derivación de responsabilidades por parte de la dirección del IEB son desde las anteriores juntas directivas del Instituto, hasta la Fundación Las Médulas y la Junta de Castilla y León, a quien Bruzos pidió directamente que se hicieran cargo de la gestión y de la deuda del Aula Arqueológica de Las Médulas, cerrada por el impago de las nóminas de sus trabajadores y por la imposibilidad de hacer frente a los gastos.

Fue el pasado mes de agosto cuando —según los socios— conocieron que la deuda del IEB ascendía ya a los 60.000 euros mencionados. Entre los que quedaron pendientes de cobro están los propios empleados de la entidad (algo «vergonzoso» para los asociados), la Seguridad Social, entidades colaboradoras que han realizado diversas actividades y proveedores.

Ante una situación ya «extremadamente seria», las bases del IEB ya pidieron en agosto, de manera interna, la dimisión de todo el equipo directivo, por considerar que «no estaba capacitado y no tenía ni la confianza ni el respaldo de la asamblea para salir de la complicada situación generada por su propia gestión»; ni que tampoco «estaba autorizado a tomar medidas extraordinarias sin dar cuenta pormenorizada en asamblea».

Tras ese primer envite, toda la dirección del Instituto de Estudios Bercianos presentó su dimisión. Toda menos la presidenta. «Aunque se ha ocultado a los socios, toda la junta directiva salvo la presidenta presentó su dimisión al día siguiente de la asamblea de agosto. Aún así, se convocaron elecciones como si nada hubiese pasado y se ha tomado en solitario la decisión de cobrar las cuotas por adelantado del año 2024», relatan los denunciantes.

En este punto y en la «grave» situación en la que se encuentra la institución cultural, los socios tienen claro quién es la culpable y no quieren ni pensar que el IEB acabe desapareciendo. «Además de un complejo problema de gestión para todos los socios, sería un desastre mayúsculo para esta comarca agotada, deprimida y cansada de recibir pésimas noticias», defienden. Por eso, exigen a Patricia Pérez Bruzo que dé un paso atrás.

«Quien ha causado el problema, ocultado su trascendencia y pretendido desviar la atención con escasa transparencia no puede formar parte de la solución que, si existe, debe ser gestionada por otras personas que clarifiquen el origen de la deuda y tomen las medidas pertinentes. Le pedimos su dimisión y que se ponga a disposición de la asamblea y de los cargos que en ella se elijan para responder ante las posibles dudas que surjan en el análisis de lo sucedido», concluyen los socios que firman la carta abierta.

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