Ternabi afronta un invierno crítico por falta de agua y pastos
Los ganaderos de esta marca de calidad de ternera berciana contabilizan pérdidas importantes.
Los ganaderos del Bierzo están atravesando por dificultades. L. DE LA MATA
MANUEL Félix | Ponferrada
Los ganaderos del Bierzo están pasando por un momento difícil —alguno incluso lo llega a calificar como de crítico— debido a la incidencia de la sequía en los pastos y agua para el mantenimiento de sus reses. En la comarca existe la marca de garantía de calidad Ternabi (Ternera Natural del Bierzo) y su presidente, Argimiro Carballo, destacaba ayer que no quieren ni pretenden ser alarmistas sobre la situación, dado que, como los agricultores, están acostumbrados a afrontar problemas serios de temporada. Pero lo cierto es que la ganadería que producen se está viendo afectada por la sequía de una forma extrema.
Hay ganaderos que desde hace semanas tienen que bombear o llevar agua en contenedores para que beba el ganado. Y eso, no solo en zonas montañosas, sino también en plena planicie comarcal, sin ir más lejos en Camponaraya.
La ganadería extensiva de montaña está pasando penurias porque los pastos apenas existe. El monte está seco, no hay suficiente forraje porque la primavera apenas lo produjo. Las reservas de agua en las fuentes y manantiales están casi agotadas y esto ocasiona que las vacas nodrizas lo tenga cada día más difícil para amamantar a sus terneros y estar bien alimentadas. Es más, los ganaderos cuentan que el ciclo vital de reproducción anual de estas vacas se ve afectado claramente a la baja debido precisamente a la falta de pastos adecuados.
El presidente de Ternabi describía con un par de frases bien reveladora la situación: «Ahora mismo la gente está con la soga al cuello; pero claro, hasta que haya vida hay esperanza; entonces, los ganaderos tienen miedo de no poder alimentar los animales; si hay dinero para comprar alimentos; entonces habrá que esperar a ver lo que pasa».
De seguir esta situación difícil, la solución que ronda por la cabeza de los ganaderos más afectados es también clara: vender parte de la cabaña ganadera y mitigar así en la medida de lo posible las grandes pérdidas, reduciendo drásticamente los gastos.
Eso sí, cuenta Argimiro Carballo que las decisiones se toman ya «en último recurso, en el último momento, una vez agotadas todas las medidas de solución posibles». Los que tienen vacas en extensivo, en el monte, se han visto obligados a comprar comida complementaria.
