El último tren de vapor se detiene en la Fábrica de Luz

La locomotora 31 tira otra vez del tren correo entre Ponferrada y Villablino desde la Fábrica de Luz. La imagen que todos querrían ver algún día es una realidad a pequeña escala este mes en el muelle de carbones del museo que ha revitalizado la antigua central térmica de la MSP. Sobre raíles colocados encima travesaños de madera, la maqueta del convoy de vagones verdes empujados por la vieja señora del vapor es una de las piezas que más llama la atención de la exposición ‘El ferrocarril, motor de desarrollo en el Bierzo’ que hasta el día 28 de noviembre puede visitarse, de forma gratuita, en el Museo de la Energía.

A la espera de que coloquen la última maqueta con piezas de Lego, la muestra organizada por el Museo de la Energía-La Fábrica de Luz y la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana (CFB), inaugurada ayer por la directora del centro Yasodhara López y por el secretario del colectivo cultural, Daniel Pérez Lanuza, incluirá todos los viernes del mes una serie de charlas como la que ofreció durante la mañana el director de los museos de Ponferrada, Javier García Bueso, sobre el material del pasado ferroviario que muestra el Ayuntamiento. El modelista Julio Alberto Cendón y el propio Daniel Pérez Lanuza, que es ingeniero ferroviario, ofrecerán sus conferencias gratuitas a las 19.30 horas los próximos dos viernes para iniciar a los visitantes en el modelismo y hablar de las locomotoras más raras del mundo.

La muestra en la Fábrica de la Luz esconde además una pequeña joya de la que la CFB no tenía noticias hasta ahora; el material audiovisual, toda una película de 75 minutos, que a finales de los años ochenta, en los estertores de uno de los últimos trenes de vapor de Europa, rodó entre el Bierzo y Laciana el aficionado alemán a los ferrocarriles Albert Kilchenmann. Más de treinta años después de haber grabado aquellas imágenes, Kilchenmann todavía vende su película en DVD a quién la quiera comprar, y no solo ha dado su permiso para que se reproduzca en la exposición, sino que la muestra incluye un código QR para que los visitantes la puedan adquirir directamente.

No es la única mirada extranjera sobre la que vuelve la exposición. Que el Ponfeblino fuera uno de los últimos ferrocarriles de vapor del continente atrajo a otros románticos de los trenes de carbón como el francés Didier Duforest, autor de imágenes en color, o como Edd Kass, que tomó una serie de imágenes en blanco y negro donde la bruma del vapor de las locomotoras se mezcla con la niebla.

Locomotora del Ponfeblino a finales de los años ochenta. ED KASS

No faltan en la exposición revistas alemanas dedicadas a aquel tren tan especial que a punto de entrar el siglo XXI aún funcionaba con vapor y con la combustión de la antracita; una tecnología con casi doscientos años de recorrido. Una serie de paneles, además, recuerda la importancia que ha tenido el ferrocarril para del desarrollo industrial de la Bierzo, la historia del trazado ferroviario que entra en la comarca por los famosos túneles del puerto de Manzanal, con su trayecto en sacacorchos y la rampa de Brañuelas, la oportunidad perdida de conectar por tren Villafranca del Bierzo con Ribadeo, de la que se cumple un siglo, y, no podía faltar, la historia del terrible accidente del tren correo 421 en el desaparecido túnel número 20 de Torre del Bierzo el 3 de enero de 1944; un suceso que dejó un centenar de muertos, según el historiador Vicente Fernández, y que todavía hoy es la tragedia más grave de la historia de los ferrocarriles españoles.

Pero los ojos, es inevitable, acaban volviendo a la maqueta artesanal del tren correo tirado por la vieja PV 31. Una creación a escala G realizada por el aficionado al modelismo ferroviario Ramón Lechuga Corbacho. Y la pregunta que todos los nostálgicos se hacen es cuánto tiempo pasará antes de ver al modelo y no a la copia traquetear sobre las vías.