La voladura de las torres de Compostilla entierra un siglo de carbón en el Bierzo
Endesa usa 224 kilos de explosivos para derribar las dos torres de refrigeración de 110 metros y la chimenea del grupo tres, de 120 metros
Doscientos veinticuatro kilos de explosivos repartidos en 1.276 barrenos echaron ayer abajo las dos torres de refrigeración y la chimenea del grupo tres de la central térmica de Compostilla. La voladura controlada de las tres estructuras —las torres alcanzaban los 110 metros de altura y los 83 metros de diámetro en su base y la chimenea los 120 metros de alto y diez de diámetro en su base— a los tres años del cierre de la central el 30 de junio de 2020 y cuatro años y medio desde la última vez que el complejo aportó energía a la Red Eléctrica el Día de la Constitución de 2018, puso fin al siglo del carbón en el Bierzo, cien años desde que la MSP construyó su primera térmica en Ponferrada y el trazado ferroviario para llevar el mineral a la capital berciana.
La denotación, con un perímetro de seguridad de 400 metros de radio, siete puestos de la Guardia Civil, los accesos cortados y una multitud repartida por los alrededores se produjo a medio día, después de tres sirenas de alarma en la media hora anterior, y dejó una nube de polvo y olor a amianto en la orilla del embalse de Bárcena y 16.900 toneladas de escombro, sobre todo hormingón, que Endesa deberá gestionar ahora de acuerdo con la normativa ambiental.
En cuatro segundo, los artilleros detonaron todos los explosivos en una secuencia que comenzó en las dos torres, que se desplomaron sobre sus cimientos después de un ruido ensordecedor, y acabó en la chimenea, que se inclinó a un lado como un árbol talado. Para reducir la polvareda, Endesa instaló sistema de irrigación y nebulización de agua que estuvieron funcionando en los minutos previos y durante la propia detonación, informó la empresa en una nota posterior.
Demolición de la central al 50%
Con la demolición de las tres estructuras, que dejaron una nube de niebla en la orilla del embalse durante los primeros minutos, Endesa ya ha completado el 50 por ciento de los trabajos de demolición iniciados en junio de 2022 y que deben dejar el solar de 375 hectáreas vacío en mayo de 2025 para que los proyectos del plan Futur-e lo ocupen.
Aún quedan dos grandes chimeneas en pie, de los grupos cuatro y cinco. Pero los escombros de la tercera chimenea y de las dos torres de refrigeración serán ahora material de relleno. Y ese será el último servicio que presten.