La Xunta traza tres alternativas de paso al actual desvío de la A-6
El objetivo es evitar el colapso en Piedrafita y facilitar el tránsito de transportes especiales
La acumulación de tráfico, mayormente pesado, en la travesía de Piedrafita y la imposibilidad de paso de los transportes especiales, tras los derrumbes del viaducto El Castro de la A-6, han llevado a la Consejería de Infraestructuras y Movilidad de la Xunta de Galicia a realizar un estudio de viabilidad de las alternativas posibles al actual desvío de acceso a la comunidad vecina por la A-52. Un análisis de la movilidad del que se ha encargado la Agencia Gallega de Infraestructuras y que ha dado como resultado tres opciones: La construcción de un ramal de conexión entre la N-VI y la A-6, de modo que se pueda volver a la autovía antes de los túneles de Piedrafita y tras pasar el viaducto; la habilitación de una «variante» de Piedrafita para los transportes especiales y, por último, habilitar en doble sentido de circulación el ramal de salida de la A-6 en sentido Galicia para que los vehículos se puedan reincorporar a la misma antes de los túneles de Piedrafita.
«Es evidente que la solución definitiva al viaducto derribado se va a prolongar mucho en el tiempo, más aún teniendo en cuenta que no se ha iniciado siquiera el acceso al terreno para realizar la ingeniería forense que permita conocer las causas de los sucedido. La situación actual no se puede mantener indefinidamente por motivos de seguridad vial y por el impacto económico que está suponiendo», aseguraron fuentes de la Consejería de Infraestructuras y Movilidad de Galicia consultadas por Diario de León, que hicieron especial hincapié en el incremento de costes derivados del corte de la autovía: «La alternativa de acceso por la A-52 para el transporte, por ejemplo, de palas y componentes eólicos triplica los costes de viaje, por lo que no se considera viable».
El objetivo de las tres alternativas propuestas por la Xunta de Galicia es sacar el tráfico del núcleo de Piedrafita y permitir el de transportes especiales. Todas ellas serán trasladadas al Gobierno para «contribuir a que se agilice la toma de decisiones y la puesta en marcha de respuestas», aseguraron desde la Xunta.
Alternativa 1: Nuevo ramal
La construcción de un ramal de conexión entre la Nacional VI y la A-6 permitiría «transitar por la N-VI la mínima longitud posible, evitando además las molestias del paso por la travesía», detalla el estudio realizado por la Agencia Gallega de Infraestructuras. Una opción que «podría ser utilizada por los transportes especiales» y que conllevaría un coste de 1,46 millones de euros, según la valoración de los técnicos, que también estiman que podría estar disponible en un plazo de tres meses. «Ante la contingencia de que un eventual transporte especial quedase averiado en la N-VI, en un punto en el que bloquease la circulación (algo muy difícil), el tráfico podría desviarse de modo muy puntual por la antigua N-VI mientras se retira el transporte averiado», recoge el documento que la Xunta de Galicia presentará al Ministerio.
Alternativa 2: Variante
Mucho más económica que la primera opción sería habilitar una «variante» de Piedrafita, «de modo que los transportes especiales puedan transitar por ella y no atascar la N-VI en caso de avería». El gasto se estima en 150.000 euros. «Permitiría rebajar el coste y el plazo de la alternativa 1, porque aprovecha viales existentes y con ello se evitaría el tránsito por la parte más poblada de Piedrafita», especifica el equipo técnico encargado del estudio, que también reconoce la «desventaja» de no poder aprovechar los túneles de Piedrafita.
Alternativa 3: Ramal de salida
La menos costosa de todas las opciones es la tercera, ya que «prácticamente se podría hacer con medios de conservación de carreteras», detallaron fuentes de la Xunta de Galicia. Se trata de habilitar el ramal de salida de la A-6 en doble sentido de circulación para que los vehículos se puedan reincorporar a la autovía antes de los túneles de Piedrafita. «Es de muy sencilla ejecución», subrayan los hacedores del informe, que realizarán un simulación para confirmar que los transportes especiales pueden hacer ese giro.
«En cualquier caso, se podría dar tráfico normal a través de esta alternativa, lo cual ya beneficiaría de sobremanera el núcleo de Piedrafita, y que los transportes especiales pasasen por la travesía. Sabemos que es posible que lo hagan y lo harían de madrugada», afirmaron. Una opción que ahora mismo no se está permitiendo «por temor a que uno de ellos quede atascado y no haya alternativa de tráfico».
Coordinación con la Junta
A última hora de ayer, la Consejería de Movilidad y Transformación Digital de Castilla y León emitió un comunicado en el que se alinea con la propuesta de la Xunta de Galicia y aseguró trabajar en coordinación con la Consejería de Infraestructuras y Movilidad de la región vecina, «mantiene su ofrecimiento para que la N-006A y el tramo autonómico de la N-VI absorban el tráfico de la vía de forma temporal».
La Junta apuesta también por «buscar una solución que discurra la mínima longitud posible fuera de la autovía y, si es posible, evitando la travesía por Piedrafita, especialmente si tenemos en cuenta que el número de vehículos diarios que soporta la A-6 ronda los 10.000», indicó la consejera del ramo, María González, que también hizo hincapié en el impacto económico que esta circunstancia está teniendo para las empresas de Castilla y León y Galicia.