Los brigadistas sofocan las llamas de los 130 kilómetros del incendio de Ávila, aún activo
La Junta dará prioridad a la restauración de pastos en una superficie quemada que es similar a 27.000 campos de fútbol
El incendio que el sábado se declaró entre los municipios abulenses de Navalacruz y Cepeda de la Mora, con una extensión afectada de miles de hectáreas de monte y pasto que lo convierten en el más grave del año en España, está ya estabilizado y no tiene llama en ninguna parte de sus 130 kilómetros de perímetro.
La Junta de Castilla y León estima en al menos 12.000 las hectáreas de terreno carbonizado, mientras que el Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, que proporciona información geoespacial puntual y precisa y que pertenece al programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, calcula una superficie de 21.993 hectáreas quemadas hasta ayer en este incendio, equivalente a casi 27.000 campos de fútbol.
El incendio ya el cuarto más grave de la historia de España, según la organización conservacionista WWF, que recuerda que el más extenso se registró en 2012 en Corte de Pallás (Valencia), con 30.000 hectáreas arrasadas.
La Junta de Castilla y León no prevé por el momento bajar el actual nivel 2 de peligrosidad en la escala de 0 a 3 y tampoco disminuir el despliegue de medios materiales y de equipos de extinción de incendios en la zona, ya que preocupan las elevadas temperaturas, el viento y las posibles reproducciones que pueden generarse en las próximas jornadas, dada la extensión del terreno afectado.
CASILLAS, ENTRE LOS VOLUNTARIOS
Decenas de voluntarios siguen trabajando junto a las brigadas, la UME y el resto del operativo contraincendios en la zona, entre ellos el histórico portero de la Selección Española, del Real Madrid y del Oporto, Iker Casillas, que se han sumado a las labores de extinción en el frente de Navalacruz, de donde procede su familia y donde tiene una casa.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, explicó ayer que su departamento está valorando los daños para determinar el plan de restauración forestal, aunque ha dado prioridad al restablecimiento de pastos para la ganadería, la protección de los acuíferos y la captación de agua de las poblaciones.
«El incendio ha podido generar depósitos que pueden ser arrastrados por las primeras lluvias que se registren y contaminar los acuíferos, por lo que la labor más prioritaria es salvaguardarlos», ha explicado Suárez-Quiñones.
La Junta de Castilla y León se comprometió ayer a garantizar comida y agua al ganado afectado por el incendio. El compromiso lo hizo patente la directora general de Desarrollo Rural, María González, que se reunió con representantes de las organizaciones profesionales agrarias de Ávila, junto con el delegado territorial, José Francisco Hernández, para conocer las necesidades de los agricultores y ganaderos afectados por el incendio.