EXPOSICIÓN
El Titanic emerge en León
El Palacín acoge la mayor maqueta del buque que existe en el mundo La exposición reúne 200 objetos originales del trasatlántico que se hundió a los cuatro días de singladura.
El alcalde Antonio Silván y Jesús Ferreiro, presidente de la Fundación Titanic, ante la mayor maqueta del trasatlántico. RAMIRO
Lugar: Palacín (antigua Azucarera).
Horario: de martes a viernes, de 17.00 a 21.00; sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 21.00.
Hasta el 30 de noviembre.
Entradas: de martes a viernes: 5 euros (niños de 7 a 12 años), 6 euros (jubilados, desempleados, carnet joven) y 8 euros (adultos). Sábados, domingos y festivos: 6, 8 y 10 euros.
VERÓNICA VIÑAS | León
El Titanic, un trasatlántico de 269 metros de eslora, cabe en el Palacín. El mayor barco de pasajeros del mundo, que apenas duró a flote cuatro días, emerge ahora en León, justo cuando se cumplen 31 años de la localización del pecio en las frías aguas del Atlántico Norte a casi cuatro kilómetros de profundidad.
La exposición, que permanecerá abierta tres meses (hasta el 30 de noviembre), reúne más de 200 objetos originales del buque que se hundió tras chocar con un iceberg en 1912. Sin duda, la pieza estrella es la maqueta del Titanic, que tardó tres años en construirse, casi el mismo tiempo que el barco original. Pesa 600 kilos y mide 12 metros. Se trata de la mayor reproducción del Titanic que existe en el mundo.
También hay réplicas de los baños de primera y segunda clase, de las calderas —que siguieron funcionando cuando el barco se iba a pique sin remisión— y un nuevecito Brush Rubanout D24 de color rojo, conocido como ‘el coche del Titanic’, el primer automóvil conducido por una mujer y que, sin embargo, nunca se llegó a embarcar. Asimismo, puede verse el cuadro El sueño del Titanic, del artista cántabro Enrique Gran, que recrea cómo se encontrarán los restos del buque dentro de un siglo, y que el actor Leonardo DiCaprio, protagonista de la inolvidable cinta de James Cameron sobre el hundimiento del trasatlántico, ha querido comprar; de momento, sin éxito.
El público, gracias a las audioguías, podrá adentrarse en la historia del naufragio más famoso de todos los tiempos, escuchar a Millvina Dean, la última superviviente del Titanic, o contemplar la réplica de la Cabina Marconi —«el GPS de la época»—, inaugurada por la princesa Elettra Marconi, la hija del inventor, que los organizadores de la exposición intentarán traer a León en las próximas semanas.
Titanic, the reconstruction cuenta la historia de uno de los barcos más famosos de la historia a través de herramientas, ropas, mobiliario, documentos, fotografías y, sobre todo, el testimonio de 39 de los supervivientes.
La comisaria de la exposición y Margarita Torres a bordo del Brush. JAVIER SUÁREZ-QUIÑONES
'Botadura' de la exposición. JAVIER SUÁREZ QUIÑONES
León en la onda
«Con lo que ellos nos contaron montamos el guión de esta exposición», explicó ayer Jesús Ferreiro, presidente de la Fundación Titanic, creada hace una década para mantener viva la memoria del naufragio más mediático. Ferreiro tenía una razón muy especial para traer el buque a tierra firme. León es la única ciudad sin mar que ha albergado la muestra hasta la fecha. Y es que Ferreiro no ha olvidado que cuando dirigía el programa de radio Onda Pesquera, que llegó a recaudar más de mil millones de pesetas para los huérfanos del mar, la provincia de León fue la que más dinero donó para esta causa.
Los supervivientes del Titanic relatan cómo, tras un bullicio ensordecedor, sucedió el más terrible de los silencios. Una caja con encajes de Camariñas recuerda el único equipaje español que viajaba a bordo del ‘insumergible’. La historia del Titanic comenzó en la naviera White Star Line, cuyo edificio es hoy, curiosamente, sede de la embajada de España en Londres.
El alcalde de León, Antonio Silván, quien defendió ayer la utilización del Palacín para grandes exposiciones, siguiendo la estela de la de Cuarto Milenio con la que el actual equipo de gobierno ‘rescataba’ un edificio que llevaba siete años cerrado, pudo ayer emular la botadura del buque estrellando una botella del ‘champagne del Titanic’ contra una chapa del buque. Un casco de acero «impenetrable», en el que los técnicos han averiguado que el 12% de los remaches —«y llevaba más de tres millones de ellos»— eran defectuosos.
La historia de los músicos, que prefirieron seguir tocando a salarse; la mujer que pereció por amor, tras abandonar el bote salvavidas para morir junto a su marido, el senador y pasajero de más edad (64 años) Isidor Straus; o un vistazo al interior de los camarotes, los vestidos de las mujeres adineradas que podían pagar las más de 300 libras que costaba el pasaje en primera clase...
La muestra, que ha atracado en ciudades como Vigo, Santander o Tarragona, ha recibido ya más de 300.000 visitantes.