Eugenio de Nora, cien años del nacimiento del cantor
Mañana, en la Biblioteca Municipal de Astorga, tendrá lugar el primer acto de homenaje al poeta
Con la presentación del libro Eugenio de Nora. El oficio del cantor , en el salón de actos de la Biblioteca Municipal de Astorga, comenzaron ayer los actos conmemorativos del Primer Centenario del nacimiento de Eugenio de Nora, uno de los autores clave de la poesía española de mediados del siglo XX. Mañana tendrá lugar el primero de esos encuentros también con la participación de Mariló Maroto, alcaldesa de Magaz de Cepeda; Tomás Álvarez, coordinador del citado libro, y José Enrique Martínez, catedrático de Literatura de la Universidad de León. El acto tendrá lugar en el salón de actos de la Biblioteca Municipal de Astorga (calle Luis Braille) a las 19.30 horas. Junto a ellos, ayer también asistió el presidente de la Asociación Cultural Rey Ordoño I, Saturio Aller.
Eugenio de Nora fue un escritor que impulsó una brillante poesía testimonial, defensora de la libertad y la dignidad humana, durante los primeros tiempos de la Dictadura; fundador y poeta esencial de la revista Espadaña, que propició en aquellos momentos la renovación de la lirica hispana.
Nacido en la localidad de Zacos, el 13 de noviembre de 1923, Eugenio de Nora es –pese a la inmensa valía y al vigor de su creación poética- un autor relativamente poco conocido en España, pues desarrolló la mayor parte de su vida en Suiza, impartiendo clases como catedrático de Filología en las universidades de Berna y Zúrich.
En Eugenio de Nora. El oficio del cantor , libro coordinado por el periodista y escritor Tomás Álvarez, diversos especialistas analizan aspectos claves de su obra y de su historia personal; asimismo se prevén exposiciones sobre el poeta y ciclos culturales, así como la ubicación de sencillos hitos conmemorativos en lugares íntimamente ligados a la infancia del homenajeado; lugares que él siempre recordó en sus poesías. Junto a la su vibrante poesía comprometida con la España sufriente de la posguerra, Eugenio de Nora escribió maravillosos poemas de amor, a su tierra, al paraíso de su infancia; un paraíso donde se sintió arropado por el amor de gentes sencillas y una naturaleza vigorosa, y llena de belleza. Por ello, ahora, son los ayuntamientos de Magaz de Cepeda y Villamejil; la Junta Vecinal de Zacos y la Asociación Cultural Rey Ordoño I, que aglutina a amantes de la cultura de la comarca, quienes encabezan las celebraciones en su memoria.
Al margen de su labor poética, De Nora (Magaz de Cepeda, León, 1923-Madrid, 2018) fue quien dio, junto a Victoriano Crémer y Antonio González de Lama, una dimensión extraordinaria a Espadaña , la mítica revista que alumbró la literatura española en la primera posguerra (1944-1959), y fue el primer poeta que aún viviendo en la península se alineó con la España sufriente de los vencidos y proclamó sus ansias de justicia y libertad.
En plena posguerra denunció la represión del régimen franquista en uno de sus poemarios titulado Pueblo cautivo , que firmó con un seudónimo y que no se supo que era suyo hasta el año 1997.
El libro tuvo repercusión internacional, alguno de sus poemas está incluido (como de autor anónimo) en antologías extranjeras y tuvo una gran influencia en otros autores posteriores que reivindicaron su figura.
Merecida reivindicación
En ese momento y a raíz del eco que estaba teniendo a obra, el aparato policial franquista intentó afanosamente identificar a su autor y De Nora pudo romper el cerco que cada vez se estrechaba más sobre él viajando a Suiza, donde logró un puesto de trabajo en la Universidad de Berna.
Esa etapa en el extranjero, que se prolongó hasta su jubilación en 1989, le dio tranquilidad, pero también le alejó de la vida y le privó de un merecido reconocimiento en España, lo que sin duda influyó de forma determinante para que en la actualidad sea casi un desconocido, al margen de los círculos literarios y académicos, pese a ser distinguido con importantes galardones.