El guirrio más grande del mundo está en Velilla de la Reina

No se reinventa José Antonio A. Santocildes. Se busca y rebusca aunque el fin sea la obra, pero, como explica, en el cómo está también buena parte de su filosofía creativa. Como el impulso artístico le sobra, en el esfuerzo encuentra un aliado que le lleva en el caso de la escultura a lograr, más que objetivos, auténticos hitos. El guirrio más grande del mundo está en Velilla de la Reina. Pertenece a su paisaje por obra y gracia de Santocildes, que quería homenajear a un pueblo del que dice, sin desmerecer al resto de la comarca, que «es el que tiene más esencia y pureza». Y ya puestos (la técnica es capítulo aparte), fue directo a crear un guirrio. Y ya decidido a ello, que fuera el más grande del mundo. Él no dice que sea de record, pero la escultura mide cuatro metros y medio.

La otra peculiaridad es su ubicación, que es en sí mismo todo un juego con lo que ya de por sí es efímero. El guirrio gigante flota en el agua. «Se puede ver en el estanque de los pozos, en el centro de la laguna. Y está construido de una forma muy peculiar con listones de madera», señala, a la vez que advierte que a primeros de octubre será retirado, porque por su propio material el otoño y el invierno harían que desapareciera. Algo que a Santocildes, pendiente siempre de la siguiente jugada, tampoco le disgustaría. «El Ayuntamiento la retirará para conservarla. A mi no me parecía mal que se fuera deteriorando hasta desaparecer», advierte.

Y es que así de repente aparece la filosofía del artista que quiere contar una historia o participar y pertenecer al mundo con implicación.

«Creo que esta forma de hacer con listones atornillados reciclando madera que utilizo ahora tiene mucho que ver con el mundo actual. Representan el problema que tenemos en la Tierra, y yo pienso que es un reclamo para formar un nuevo jardín en el mundo, crear una nueva historia», asegura acerca de esta fórmula de alistonaje con reciclaje de madera, que si se basa en un arte sostenible, en el caso de Santocildes se añade reivindicar, como en este caso, las señas de identidad de Velilla de la Reina.