Jazz, rock, folk, el pop de Mamá y el nuevo disco de Pandorado

Y, seguro, en algún otro lugar habrá más por anunciar. O, simplemente, un grupo de jóvenes que ensaya en el local y que será la mejor banda del futuro del rock leonés. Porque si algo tiene esta ciudad rockera tan dispuesta a las contradicciones es que desmiente el lema no future y siempre habrá alguien dispuesto a poner en el escenario sus sueños musicales. Y si no son de aquí, aquí tienen sitio para ello. Cuando aún resuena ese Hammond contado de ayer en El Albéitar y Babylon con Modesto Sandín y Julián Maeso dentro del Famol, o el flamenco de Puro Corte en El Gran Café, sin tiempo para que se enfríen los amplificadores hoy viernes llega un ciclón musical. Desde la presentación del disco de Pandorado (21.30 horas. Gran Café. 8 y 10 euros) a la llegada de los ilustres Mamá de José María Granados (21.30 horas. Black Bourbon. 10 y 12 euros), pasando por el proyecto delicatesen de Nico Guitare y Rubén Díaz, todo un lujo musical e instrumental (20.30 horas.Bar Cataleya, al lado de la Junta. Gratis), son solo tres de las propuestas que convierten León en una ciudad que de vez en cuando vuelve por sus fueros en este caso musicales.

La oferta se completa hasta con un concierto que lleva a eso que se llama la España Vaciada y de la que León está llena. Rafaria Montecristo, un imprescindible de la escena leonesa, aparece en este caso en formato dúo bajo el nombre de Álvarez & Hernández (20.00 horas en la Taberna Cultural El Trechuro. Castrillo de los Polvazares).

En Espacio Vías también habrá directo, en este caso para los muy cafeteros de Guns N’ Roses en la fórmula tributo de Gansos Rosas (21.00 horas. 16 euros). Juan Saiz Cuarteto pondrá el jazz para completar un día para todos los gustos y estilos con un concierto en el Teatro El Albéitar, a las 20.30 horas.

‘El amor (no) es ciencia’

Con nuevo disco bajo el brazo, Pandorado, grupo leonés originario de Astorga, dan su gran golpe con una inspirada colección de canciones que demuestra que pisan el terreno que anhelaban durante largos días de ensayo. Surgidos en el verano de 2018, con Nacho Méndez, Ulpi Fernández, Pablo Rubio, Oscar Morán y Luis Miguel Maestro como componentes, en 2019 sacaban su primer disco, Seres . Ya fue producido y mezclado por Manuel Cabezalí (Havalina), toda un referente en el trabajo de producción. Con él regresan en El amor (no) es ciencia , pero con una incorporación de lujo: Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) haciendo tandem con Cabezalí e incluso colaborando en un tema. El disco ha sido grabado por Dany Richter, El Lado Izquierdo. El amor (no) es ciencia consta de diez temas en los que abordan el concepto del amor desde diversas vertientes y vivencias más allá de las puramente románticas. Y lo hacen sin prejuicios, con la mente abierta y dejando que las canciones sean las que vayan diciendo qué camino tomar. El trabajo de producción y mezcla ha sido arriesgado pero el resultado, de lo más satisfactoria. Hasta el momento han salido tres adelantos, El amor No Es Ciencia , con la colaboración en la voz de Víctor Cabezuelo (Rufus T.Firefly), El Refugio y Cuando Pase Mi Tiempo . Todas ellas pueden escucharse en las principales plataformas digitales.

Mamá: aquellos locos 80

Hablar de Mamá es hablar de los años 80, con sus virtudes y desastres. Y cómo un grupo formado por José María Granados se hacía con un puesto de honor en aquella, tan santísima como denostada, trinidad del pop con Los Secretos y Nacha Pop. El halo mítico y maldito se lo llevaron estas dos bandas pero sólo con echar un vistazo al repertorio de Mamá se puede decir que había un grupo que representaba las ganas de fabricar canciones de pop y nueva ola con influencias del powerpop del momento.

Mamá se forma en octubre de 1979 de los grupos Magna Mater y Wacillo de Koch, de los que procedían Guti, Carlos, Nono, Luis y Manolo, al cual se uniría José María Granados, cantante y principal compositor del grupo. El grupo realiza su primera actuación en directo en el concierto homenaje a Canito, batería del grupo Tos fallecido a principios del año 80 en el considerado como inicio formal de la Movida Madrileña y donde tocaron grupos como Nacha Pop, Alaska y Los Pegamoides o Paraíso. De aquel día quedó el testimonio del concierto vía Jesús Ordovás, en la revista Sal Común , en mayo de 1980 cuando escribió: «Mamá emocionaron con sus canciones acústicas-eléctricas, canciones que tocaron una tras otra sin interrupción». Chicas de colegio , El número equivocado , Escóndete , Hora punto en el metro , y más, escriben el resto la historia porque llegan a día de hoy entre el ejercicio de nostalgia y el poder del pop.