CARA A CARA CON EL FARAÓN
León espera a Tutankamón
El Museo Liceo Egipcio de León conmemorará dos grandes hitos con una exposición
Un tesoro faraónico. Han tardado nueve años en reunirlo. El Museo Egipcio de León , uno de los dos que existen en España, exhibe 500 piezas originales. Ahora aguardan la llegada de uno de los personajes más fascinantes del país del Nilo: Tutankamón. El museo ubicado en el Palacio de Gaviria , que digen Raúl López y Beatriz Cañas, no podía dejar pasar dos aniversarios claves en la egiptología. Durante siglos las tumbas de los faraones fueron esquilmadas. Solo una de las 60 localizadas en el Valle de los Reyes —cerca de Luxor— permaneció olvidada por los saqueadores.
En noviembre de 1922 Howard Carter penetraba en la cámara morturoria de Tutankamón y se convertía en un mito de la arqueología. Los expertos catalogaron más de 5.000 objetos, un deslumbrante ajuar funerario. Cien años después, la tumba y el hallazgo siguen rodeados por el misterio. En septiembre de 1822, en París, Jean François Champollion, un joven apasionado por Egipto, lograba descifrar la escritura jeroglífica grabada en la conocida como piedra Rosetta; y con ello, rescatar la cultura olvidada de los antiguos faraones, marcando el verdadero nacimiento de la egiptología.
León celebrará ambos aniversarios con una exposición en el Museo Liceo Egipcio. En unos días exhibirá algunos tesoros relacionados con Tutankamón y Champollion, como cerámica de Amarna, un anillo con el nombre del joven faraón, piezas de joyería de ese período, así como documentos del hallazgo de la tumba y textos y libros sobre el desciframiento de la escritura jeroglífica por Champollion.
Un pequeño gran museo
El Museo Liceo Egipcio abrió sus puertas hace nueve años en La Virgen del Camino. Allí permaneció durante veintitrés meses y recibió 19.000 visitantes. Después, se trasladó al Palacio de Gaviria, edificio diseñado en 1639 por Cibrián de Cadenas y restaurado en 1943, tras un incendio, por Manuel Cárdenas.
En el local que durante décadas ocupó una mueblería encontró acomodo el trono de Tutankamón —cuyo original es de madera laminada en oro—. Cientos de objetos originales y réplicas lo convierten en la segunda colección egipcia más importante de este país. El museo emprendía en la capital leonesa una nueva etapa con algunas piezas de la exposición Los tesoros de Tutankamón , copias perfectas de los tesoros hallados en su tumba. Sin duda, la estrella fue la réplica de la momia del faraón más célebre de la XVIII dinastía, que falleció a los 19 años.
El Palacio de Gaviria también hizo hueco para los tesoros de Christiane Desroches Noblecourt, conocida como ‘la gran dama del Nilo’, a quien el descubrimiento de la tumba de Tutankamón le fascinó de tal modo que decidió unirse al departamento de antigüedades egipcias del Louvre. Desroches, pionera y leyenda de la egiptología (1913-2011), salvó los templos nubios amenazados con perecer bajo las aguas de la presa de Asuán —incluido el de Debod, hoy en Madrid—. El Museo Liceo, cuya colección ha ido renovándose desde su creación, exhibió una parte del legado arqueológico de la célebre egiptóloga francesa, que ocultó las obras maestras del Louvre durante la ocupación nazi.
En los últimos años han expuesto cerámicas egipcias de época griega, arte africano relacionado con Egipto, piezas eróticas de la época de los faraones, esculturas de dioses como Anubis, Sejmet (la terrible, símbolo de la fuerza y el poder) o Ptah, señor de la magia, objetos para elaborar cosméticos, grabados, pinturas, fotografías antiguas, amuletos...
Un nuevo modelo de negocio
El director y fundador del Museo Egipcio se siente orgulloso si vuelve la vista atrás. Nadie daba un duro por un museo egipcio en una zona tan poco proclive como León. Sin embargo, los proyectos y los visitantes no han dejado de crecer. «Hemos formado a un grupo de investigadores que trabajan con nosotros y hemos adquirido nuevas piezas», asegura López. Confiesa que el museo cuenta con el apoyo (no monetario) de instituciones y grandes intelectuales de todo el mundo.
La colección es solo una parte, también llevan a cabo proyectos de investigación y actividades culturales. «Hemos sufrido mucho para mantenernos de forma independiente, pero hemos creado un modelo de negocio que no existía en España, con nuestros propios fondos y lleno de experiencias maravillosas, como conocer y trabajar con personalidades de la talla de John Elliott, Cristóbal Halffter, Salima Ikram o Nuccio Ordine», dice. Los premios Museo Egipcio han permito vincular a todos ellos con la ciudad de León. También han creado una escuela de egiptología, cuyos alumnos participan en sus proyectos.