PATRIMONIO
Un negocio llamado Nicolás Francés
A la subasta del día 28 en Nueva York se suman otras dos ventas en la sala Sotheby’s .
Después de que este periódico diera ayer a conocer la subasta de una importante pieza de Nicolás Francés, que tendrá lugar el próximo día 28 en Nueva York y por mediación de la conocida sala Christie’s, surgen ahora nuevos anuncios que hablan del negocio que se mueve tras la firma de este gran maestro del gótico hispano.
Así, en la que probablemente sea la casa de subastas más universalmente conocida junto a la ya citada, Sotheby’s —de hecho es la más antigua, pues se remonta a 1744— tienen prevista la venta, un día después, el 29, de una espectacular crucifixión asimismo atribuida a Nicolás Francés. El panel, de 58,3 por 69,2 centímetros, muestra a Jesucristo en la cruz junto a la Virgen María, Nicodemo, José de Arimatea y otros personajes, y sale a la venta, también en Nueva York, con un precio inicial de 80.000 dólares (67.600 euros). De la misma manera que en el caso de La misa de San Gregorio, la pieza sobre cuya subasta alertó ayer el Diario, la casa recalcó la maravillosa factura de la obra —la recoge dentro del apartado Maestros de la pintura— y recordó que Nicolás Francés, pese a su origen posiblemente borgoñón, fue el principal artista del reino leonés entre 1434 y 1468, y el artífice del antiguo y en gran parte perdido retablo catedralicio. Además, de su mano o de la de sus muchos ayudantes y discípulos surgieron numerosas obras repartidas por templos de todo el viejo reino. Se da el caso de que precisamente uno de los paneles principales desaparecidos tras el desmantelamiento del retablo, acaecido en el año 1740, era el de la crucifixión, pero los expertos son cautos a la hora de asegurar que esta obra en concreto perteneciera en su día a aquél.
De todos modos, lo más sorprendente de La misa de San Gregorio es su precio —el de salida oscila nada menos que entre los 300.000 y los 500.000 dólares (254.000-423.000 euros)—, cuando se trata de una creación de inferiores dimensiones y, de acuerdo con la historiadora del arte Ángela Franco, fruto, posiblemente de un maestro aventajado. Un elevado precio que quizá disuada a las administraciones de su adquisición. Ya en 2005 el Gobierno dejó pasar una de las tablas —esta sí, conocida— del retablo de la Catedral, subastada en Madrid por más de 60.000 euros. Una de las últimas piezas que compró con destino al Museo de León fue El banquete, del Maestro de Palanquinos, por 29.000 euros.
Otra obra también atribuida al popularmente llamado ‘maestro Nicolás’ y vendida en julio del 2007 en Londres se titulaba Cuatro escenas de la vida de San Esteban y se adquirió por 108.000 libras esterlinas (138.000 euros). Un excepcional políptico con ese gran detallismo tan característico del artista que en su día residiera en la calle Cardiles. Pero tampoco entonces se presentó el Estado con el fin de recuperar alguno de estos elementos dispersos del inmenso expolio artístico leonés. Un mercadeo que mueve grandes cantidades de dinero y en el que, según expertos consultados, cuentan con una presencia creciente los coleccionistas y marchantes rusos y chinos y donde las piezas leonesas parecen ser, cada vez más, tesoros especialmente codiciados.