Diario de León

QUEDAN CINCO

Patrimonio permite tirar una casa de 1913 pegada a la muralla

El número 9 de la avenida de los Cubos tiene los días contados

Una máquina parada junto a uno de los primeros cubos de la calle Carreras que Patrimonio exige dejar a la vista. RAMIRO

Una máquina parada junto a uno de los primeros cubos de la calle Carreras que Patrimonio exige dejar a la vista. RAMIRO

León

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La muralla se librará de otra casa adosada. El Plan Director de este monumento estimaba tener la fortificacióno tardorromana prácticamente despejada en 2018. Con la demolición del número 9 de la avenida de los Cubos, aprobada ayer por la Comisión Territorial de Patrimonio, en sesión celebrada en el Museo de los Pueblos Leoneses, en Mansilla, solo quedarán otras cinco edificaciones en esta calle .

El Ayuntamiento inició hace dos años el procedimiento de expropiación forzosa para los números 9 y 29 —aún pendiente—, y reservó una partida de 240.000 euros para indemnizar a ambos propietarios. Patrimonio exige ahora que el derribo de la casa erigida en 1913 «se lleve a cabo con control arqueológico y prestando especial atención al contacto de la edificación con la muralla».

También recuerda que será necesaria la limpieza y adecuación de los lienzos de la muralla afectados. Para la pavimentación, especifica que «se utilizarán materiales y acabados similares a los existentes en ese tramo de calle».

A comienzos del siglo XX, con la llegada de los primeros automóviles, la muralla se convirtió en una barrera infranqueable. Las autoridades de la época lo resolvieron a golpe de maza. Siete cubos de la muralla de León permanecieron bajo tierra durante 116 años, hasta que las excavaciones arqueológicas en la calle Carreras, con motivo de la peatonalización del entorno de la fortificación tardorramana, los sacaban a la luz.

La casa en la avenida de los Cubos que será demolida. MARCIANO PÉREZ

La casa en la avenida de los Cubos que será demolida. MARCIANO PÉREZ

El Ayuntamiento y Patrimonio han mantenido en los últimos meses un ‘tira y afloja’ sobre cómo preservar estos siete cubos.

El equipo de gobierno municipal era partidario de enterrarlos nuevamente y ‘marcar’ en el pavimento su ubicación, a lo que se opuso Patrimonio. Posteriormente, el gobierno que preside José Antonio Diez propuso mostrar solo los tres primeros cubos —los más próximos al Arco de la Cárcel—, que son los mejor conservados, y sepultar el resto. Pero se topó con el rechazo de Patrimonio, que exigió preservar todas las torres de la muralla, lo que conlleva reconstruir y recrecer prácticamente las siete. Este pulso entre Patrimonio y el Ayuntamiento mantiene empantanada la obra.

Todavía es una incógnita cuántos centímetros sobresaldrán los cubos del pavimento de la calle. A esa polémica se suma la elección de los materiales en este nuevo tramo peatonal que circunda la muralla desde Puerta Castillo a la Catedral.

En las redes se han difundido imágenes de pruebas sobre el ‘recrecido’ de los cubos con granito y caliza grisácea, que resultan absolutamente ‘chocantes’ y parecen surgidos de aquellas corrientes restauradoras de los años ochenta que defendían hacer absolutamente diferenciables las restauraciones en los monumentos. A nadie se le ha ocurrido rehabilitar con esos planteamientos la catedral de Notre Dame tras el incendio, sino recuperar su auténtico aspecto original.

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