El reportaje | Montañisno
Momentos de vida: los Dolomitas
LA OFERTA en los Dolomitas es interminable y para todos los gustos. En ocasiones es difícil escoger, desde la belleza de los valles de Trentino-Alto Adigio, pueblecitos de ensueño en Véneto, naturaleza salvaje Friul-Venecia Julia, arquitectura peculiar, patrimonio enogastronómico declarado patrimonio de la Humanidad por su belleza y valor.
El gran urbanista francés Le Corbusier dijo que sus paisajes «son la arquitectura natural más perfecta del mundo», su ubicación en el norte de Italia se reparte entre tres regiones y cinco provincias, con gran valor geológico, son 18 picos que sobrepasan los 3.000 metros, gran diversidad de plantas y animales, también con riqueza lingüística cuatro idiomas. Atrás quedó el macizo de Brenta con la vía Bochette y el Campanile Basso. Este verano, en el mes de julio, nuestros alpinistas, el leonés Javier Fernández y el palentino Óscar Díez se adentran en los macizos de la Civetta y Marmolada fijando tres cimas como objetivos.
La Civetta 3.220 metros
Es en el pueblecito de Alleghe, localidad italiana de la provincia de Belluno, región de Veneto, donde establecemos el CB –campamento base- durante las próximas semanas y así culminar los objetivos de la expedición. Encajonado en un entorno único, parece un pueblo de fábula. En 1771 el derrumbamiento del monte Pizz produjo una enorme brecha acompañado de una ola de agua que sepultó el pueblo y con él, su iglesia.
En consecuencia el campanario quedó sumergido en el lago que formó, la leyenda cuenta que hoy en día todavía se pueden escuchar las campanas en el interior del mismo.
Partiendo de Alleghe (1000 metros) ascendemos por la carretera hasta la primera estación del telecabina con un complejo recreativo bastante animado en la época estival, se respira bullicio, continuamos ascendiendo por un camino no asfaltado que transita las pistas de esquí alcanzando el collado Col dei Baldi.
Punto clave
Ya a 2.000 metros siguiendo a nuestra derecha, señalizado, en una hora aparece el refugio de Coldai con todas las comodidades de estas construcciones, son espaciosos, buen vino y cerveza fresca, se come de lujo. Amanece, son las cinco de la madrugada, desayunamos y proseguimos el sendero marcado con el número 557 bordeando la montaña por su falda, subidas y bajadas, en hora y media nos situamos en el Schinal del Bech saliendo a nuestra derecha comienza la ferrata, con una pintada roja FTA. Alleghesi observando las primeras escaleras.
Casco, arnés, cabo de anclaje abandonan la mochila e iniciamos el periplo por el cable de vida, más o menos en buen estado de conservación durante todo el trayecto. Escaleras incrustadas en la roca en los tramos más complicados, grapas encajonadas en las canales más estrechas, el empotramiento y los roces con la piedra es frecuente.
Travesías a través de las ferratas, habitual en Dolomitas. Ó.D. HIGUERA
Cerca de la cima hay algunas travesías con impresionante vuelo pero seguras, llegando a una loma pedregosa este verano del 21, encontramos algunos neveros, pequeños pero con hielo, echamos mano a los crampones, ponerlos y vuelta a quitarlos, finalmente la codiciada cima a 3.220 metros, el descenso lo realizamos destrepando la misma ferrata, la cual se hace agotadora, llagas en las manos, arañazos en las piernas y brazos, en total ocho horas de subida y otras tantas de bajada.
Una hora antes de llegar al refugio tenemos un problema adicional, una de las frontales se avería. Salimos sin sol y regresamos en el crepúsculo, intensa y peleona fue la Civetta.
Marmolada 3.343 metros
Se trata del techo de las Dolomitas, con su glaciar en la cara N se hace inconfundible a distancia, desde el S su efecto es diferente, una escarpada pared vertical con vías largas y complicadas.
Cima en la Marmolada, a 3.348 metros. ÓSCAR DÍEZ HIGUERA
La ruta normal discurre por la cara N con pendientes suaves y buena huella por la nieve. En realidad ‘Marmolada’ hace referencia al macizo y el pico más alto recibe el nombre de Punta Penia, colindante con Punta Rocca, se puede atacar desde Pian Fiacconi por un sendero en el glaciar o por la cresta o a través de la ferrata Seyffert que resulta más larga. Partiendo del Embalse de Fedaia accedemos al refugio de Pian Dei Fiacconi por un camino bien definido acompañado en todo momento por los postes de un tele-silla abandonado a consecuencia de que un alud destruyó la estación superior. Entramos en el glaciar y el tiempo no acompaña el ascenso, una densa niebla impera reduciendo la visibilidad pero la huella es clara por el intenso tránsito, finalizando el glaciar a la parte derecha le sigue un tramo de roca llamado Schena Mul que en el verano del 2.005 fue equipado con un cable metálico hasta las proximidades de la cima.
No hay gran dificultad en esta ascensión, no obstante existen grietas en el glaciar y la meteorología, muy inestable en este macizo, te recuerdan que tampoco lo tomes muy a la ligera.
Museo de la Gran Guerra (Marmolada). Se encuentra cerca del frene bélico donde combatieron italianos y austrohúngaros entre los años 1.915 y 1.918. Es el más alto de Europa a 3.000 en la estación de Serauta. Tiene fotos de la época, munición, objetos cotidianos relacionados con tropa, maniquís y la dureza de la vida en las trincheras.
Monte Pelmo 3.168 metros
Desde el paso Staulanza comenzamos por el sendero 472 saliendo por la cara O del Pelmo, bordeamos la cara S contemplando La Fessura (una gran fisura) en unas horas hallamos el refugio Venezia ‘A. de Luca’ al pie de la cara E con una terraza que más bien parece un mirador cósmico, el panorama en torno al pico Antelao y sus cumbres colindantes, es de pegada.
La erosión vertical provoca escarpadas paredes. ÓSCAR DÍEZ HIGUERA
Para el ascenso iniciamos la travesía Cengia Di Ball, si bien no tiene pasos muy técnicos es larga, unos 900 metros y expuesta, una especie de Garganta del Cares pero con el espacio de una baldosa para los pies.
Su nombre es histórico. Allá por el 1.857 el 19 de septiembre el presidente del British Alpine Club, Sir John Ball hace cima consiguiendo la primera al Pelmo y en su honor quedó el nombre de la famosa ‘vira’.
Con cautela vamos superando la travesía, uno de los puntos críticos es el ‘Passo del Gatto’ equipado con un pasa manos, un tanto precario con el transcurso del tiempo, el nombre hace referencia a que es preferible gatearlo antes que exponerse a pasar de pie por la galería.
Con un brusco giro a nuestra derecha culminamos la Cengia y emprendemos la subida, primero las gradas que dan paso al Anfiteatro, algunos neveros y enfilando la última cresta hacemos cima.
La niebla y hielo dificultan la ascensión. ÓSCAR DÍEZ HIGUERA
Han sido cinco largas horas, sólo queda el descenso con la misma duración y el postre de la travesía en sentido inverso. Un brindis con dos copas de ‘spritz’ en la plaza de San Marcos de Venecia clausura nuestra expedición con los tres objetivos en nuestro haber.
Advertencia: el alpinismo es el deporte más bello del mundo para los que lo practicamos, pero también una actividad arriesgada, recientemente, este verano, hemos tenido que lamentar accidentes en los Picos de Europa y alguno con fatal desenlace. Ni que decir tiene que hay que poner todos los medios para que la aventura tenga los riesgos medidos, cuando se convierte en una empresa de resultado incierto, no se la recomendamos a nadie.