El recibo de la luz sube 43 euros de media en el año de caos energético

Gas, luz, agua y alimentos. Las familias españolas siguen ahogadas en una avalancha de facturas que ya han provocado cambios en los hábitos de consumo habitual. Un giro que el Banco de España ha detectado de forma más evidente en los hogares vulnerables, alertando de que muchos de ellos se han visto obligados a eliminar partidas de su presupuesto diario para hacer frente a la escalada de la energía.

Las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno para rebajar ese coste han logrado limitar el impacto de los desbocados precios en el mercado mayorista. Pero no han borrado por completo, ni mucho menos, la herida energética que las familias sufren desde hace meses. De hecho, y según cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el recibo medio de la luz, calculado sobre un consumo medio de 3.500 kilovatios (kw)/año con una potencia de 4,6 kw, alcanzó los 115,27 euros en julio. Es la tercera factura más cara de la historia, después de la de marzo de este año (143,03 euros) y la de diciembre de 2021 (119,17 euros). Y supera en algo más de 43 euros la de julio del pasado año, cuando los consumidores pagaron 72 euros de media.

Desde entonces, doce meses de caos energético de los que solo cuatro se han registrado facturas medias por debajo de los 100 euros: agosto, septiembre y noviembre de 2021; y mayo de este año, cuando el recibo fue de 98,8 euros. Entre medias, una ola de medidas fiscales para aliviar el bolsillo, entre las que destaca la rebaja del IVA eléctrico del 21% al 10% —y ahora al 5%— además de la rebaja del Impuesto Especial sobre la Electricidad o la suspensión del que grava la producción.

También se han ampliado los potenciales beneficiarios del bono social eléctrico y se ha lanzado un plan de ahorro energético que, en su segunda semana de funcionamiento, ha reducido el consumo del país en un 9,5%, según detalló ayer el director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), Joan Groizard.

La medida estrella del Gobierno, ha sido, no obstante, el tope del gas con el que el Ejecutivo espera reducir la factura de los consumidores entre un 15% y un 20%. De momento, la denominada ‘excepción ibérica’ ha logrado contener en cierta medida las subidas de precios energéticos en el mercado mayorista de España y Portugal frente a lo ocurrido en otros países como Alemania o Francia, donde siguen batiéndose máximo tras máximo.

Sin embargo, el plan no ha desembocado, de momento, en una notable caída de la factura. «Se trata más bien de una moderación de la subida que de una bajada como tal, pues los precios han seguido escalando», explican desde OCU. Entre otras cosas, porque la puesta en marcha del mecanismo desde mediados de junio ha coincidido con varias olas de calor y unos precios del gas completamente desbocados. Y cuando el coste real del gas supera los 40 euros/MWh establecidos de tope para los primeros seis meses de la medida, hay que compensar a las compañías que tienen que activar las centrales de ciclos combinados para cubrir toda la demanda. Así, cuanto más caro es el gas y más cantidad se emplee para producir, más elevada será esa compensación.

Según la normativa, el coste de la misma se reparte entre todos los usuarios del mercado regulado (PVPC) y los contratos del mercado libre indexados al mayorista. El cargo también se aplicará a todos los contratos fijos que se vayan renovando entre el 26 de abril y el 31 de mayo de 2023. Así, y a medida que se vayan incorporando esos clientes, el coste total será menor, al repartirse entre un mayor número de consumidores.

Pero los datos del mercado de futuros anticipan que agosto será duro para los hogares. Con el gas de nuevo en máximos ante una nueva amenaza de cortes de suministro, el precio medio de la luz subirá un 35% hoy hasta los 365,33 euros MWh, según datos del operador OMIE.

Esa cifra es el resultado de sumar la media de la subasta a la compensación que se paga por el tope al gas. Es el nivel más alto desde que la medida entró en vigor, pero en su ausencia el precio de la electricidad en España sería de 476,76 euros/MWh. Es decir, 111,43 euros más que con la compensación.