El 28-M se convierte en Ponferrada en un sí o no a la Zona de Bajas Emisiones
Olegario Ramón (PSOE) es el único que defiende un proyecto polémico por sus restricciones
Una de las cámaras ya instaladas para vigilar los accesos a la Zona de Bajas Emisiones, en una imagen reciente. ANA F. BARREDO
Más que unas elecciones sobre confrontación de programas para la ciudad de Ponferrada, la jornada electoral de mañana se ha convertido en un plebiscito sobre la continuidad de Olegario Ramón y su polémica Zona de Bajas Emisiones (ZBE). El proyecto, que se extiende por el centro de la capital berciana, con epicentro en la plaza de Julio Lazúrtegui, es ya un quebradero de cabeza para el actual alcalde socialista, que es el único que lo defiende en voz alta tras una inversión de 3,2 millones de euros en peatonalizaciones que eliminan aparcamientos y la instalación de cámaras en todas las salidas, que vigilarán que no entren los coches más contaminantes bajo la amenaza de sanción de 200 euros cuando se apruebe la ordenanza, para la que aún no hay fecha pese a estar prevista para el pasado mes de abril.
La contestación en la campaña electoral ha ido en aumento y ha solapado por completo la estrategia previa de Olegario Ramón, que pensaba que iba a rentabilizar las obras que abrieron zanjas por Ponferrada hace un par de meses.
Análisis
El PP ha hecho bandera de su oposición «a la Zona de Bajas Emisiones de Olegario Ramón», como dice su candidato, Marco Morala, y ha prometido una moratoria hasta 2026 si gobierna tras el 28-M para abrir un diálogo con comerciantes, hosteleros y vecinos afectados.
Olegario Ramón ha elegido la zona centro, hasta la avenida del Castillo, la avenida de la Libertad y la zona del Mercado de Abastos, sin informes previos sobre el impacto en un sector comercial que arrastra ya una larga crisis. Más cuando El Rosal está a sólo 800 metros de la ZBE. Sólo hay que ver el entorno del centro comercial donde ya se han instalado supermercados y megatiendas chinas atraidas por el hecho de que muchos vecinos de los pueblos del Bierzo ya no podrán aparcar en el centro de la ciudad con sus coches contaminantes.
Las polémicas farolas de la calle Real tras las obras. ANA F. BARREDO
Olegario Ramón ha querido dejar pasar la campaña sin debatir apenas sobre la ZBE salvo cuando no le ha quedado más remedio, para decir siempre lo mismo. Las Zonas de Bajas Emisiones son una imposición de la Unión Europea para las ciudades de más de 50.000 habitantes y, si no se hubiera optado por una zona, se hubieran perdido esos tres millones de euros de fondos europeos.
En el lado contrario, Morala le recuerda que tres millones de euros es lo que va a suponer su implantación para los comerciantes del centro, además de recordarle que muchos los vecinos no podrán aparcar porque tienen coches que no se ajustan a la nueva normativa, ni tampoco pisos con cocheras.
Y no sólo es el PP. Ferreiro, el candidato de UPL, fue el primer en oponerse en público y Coalición por El Bierzo, socio de Ramón, ha hecho bandera del tema hasta el punto de arrogarse el hecho de que Olegario Ramón no haya podido aprobar su puesta en funcionamiento.
Pese a la polémica ZBE, todas las encuestas han dado como ganador de las elecciones a Olegario Ramón con una orquilla de 9-10 concejales. Sin embargo el PSOE necesitará un pacto a la izquierda y, quizá a alguna formación bercianista, para alcanzar la mágica cifra de 13 que supone la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Ponferrada. Esta vez, el viento de Pedro Sánchez no parece que vaya a ayudar a Olegario Ramón quien, por cierto, apoyó a Susana Díaz en aquellas primarias.
Y puede también que el PP suba desde los seis actuales y pueda conformar una alternativa con todos los partidos que se oponen a la Zona de Bajas Emisiones si se queda con los votos de Ciudadanos y rentabiliza la ola nacional de Alberto Núñez Feijóo.
Por el medio, quedan interrogantes como dónde irán los votos de USE después de que Samuel Folgueral decidiera no presentarse, si Tarsicio Carballo resiste en un nuevo proceso electoral (puede ser el socio que dé la mayoría a Ramón), y los efectos de la buena campaña de Coalición por el Bierzo, que ha sabido quitarse el encorsetamiento de Pedro Muñoz y ha presentado proyectos propios sobre urbanismo, como el soterramiento en el entorno de la avenida del Castillo.
La prueba más palmaria de que Olegario Ramón ha querido pasar de puntillas por la campaña es que muchas notas del PSOE han sido firmadas por su número dos, Mabel Fernández. Las visitas de Bono y Zapatero tampoco han entusiasmado a una ciudad pendiente más de saber si podrá circular con su coche por el centro.
La campaña en Ponferrada se ha vuelto a jugar calle a calle, comercio a comercio. Pese a tener más de 60.000 habitantes, la política se vive en primera persona. Voto a voto.