Diario de León

fin a la crónica negra de españa

ETA se disuelve 60 años después

La banda da «por terminado su ciclo histórico» a la espera del último comunicado previsto para mañana El contenido de la carta fechada el 16 de abril y remitida a partidos e instituciones vascas apenas ofrece una leve autocrítica .

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david guadilla | bilbao

Sesenta años después de ponerlas en marcha, ETA «ha disuelto completamente sus estructuras» y ha dado ya «por terminado su ciclo histórico y su función». La banda terrorista confirmó el fin de su trayectoria en una carta fechada el pasado 16 de abril y remitida durante los últimos días a diferentes instituciones y agentes políticos y sociales. El texto conocido ayer es el preludio del comunicado que la organización tiene previsto hacer público a lo largo del día de mañana, y con el que pretende dar carácter oficial a su adiós.

El epílogo de la historia de ETA se está escribiendo en varios capítulos. El anterior se conoció el pasado 20 de abril, cuando remitió otro anuncio en el que reconocía el «daño causado» durante seis décadas de existencia, aunque solo pedía «perdón» a parte de las víctimas. La banda apuntaba su «compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición». En todo caso, la decisión de ETA de anunciar su final era conocida desde hacía semanas. Sólo quedaba por saber la fecha exacta y la literalidad del mensaje.

La carta en la que la banda confirma de forma definitiva el paso dado buscaba, según fuentes de lucha antiterrorista, convencer a los dirigentes de los principales partidos, al Gobierno vasco y a diversos expertos internacionales para que acudan al acto previsto el viernes en Cambo. Las incógnitas que sobrevuelan sobre la cita han hecho que muchos de los invitados se hayan movido con extraordinaria prudencia y hayan exigido claridad para acudir a la localidad vascofrancesa. Con el texto fechado el 16 de abril, ETA quería solventar esos recelos y dar realce al acto impulsado por el Foro Social, Bake Bidea y el Grupo Internacional de Contacto liderado por Brian Currin.

El contenido del texto apenas ofrece una leve autocrítica. Se limita a señalar que ETA «reconoce el sufrimiento provocado como consecuencia de su lucha». Pero lo enmarca todo dentro de un «conflicto» que «Euskal Herria mantiene con España y con Francia» y que, en su opinión, «no comenzó con ETA y no termina con el final del recorrido de ETA». De hecho, no se reconoce a sí misma, tras más de 850 asesinatos, como la principal organización terrorista que ha operado en España. En un lenguaje calculado en el que nunca emplea la palabra ‘violencia’, ETA recalca que «ha dado por terminada su iniciativa política» y aduce que su desaparición llega, simplemente, porque «quiere hacer una aportación en el camino hacia la consecución de la paz y la libertad»

La banda armada hace un recorrido por diferentes momentos históricos. Desde la Declaración de Aiete de 2011 hasta las «sesiones formales de negociación» y las «conversaciones secretas» que se han desarrollado «a lo largo de los años», en alusión a los diferentes contactos abiertos por los gobiernos del PSOE y del PP con los terroristas para intentar acabar con la violencia. Según su versión, esos procesos no fracasaron por su decisión de seguir atentando, sino que es una «responsabilidad compartida» en la que ETA «asume la parte que le corresponde». «La falta de voluntad para solucionar el conflicto, y las oportunidades perdidas, entre otras, han provocado el alargamiento del conflicto y multiplicado el sufrimiento de las diferentes partes», añade el texto.

En todo caso, la banda sí enmarca su anuncio final en el proceso iniciado en 2010 y el «cambio estratégico» puesto en marcha por el conjunto de la izquierda abertzale. Fue en ese año cuando concluyó el debate interno ‘Zutik Euskal Herria’, en el que se apostó de forma definitiva por las vías políticas. Sin embargo, la decisión de desaparecer de forma oficial sólo se certificó tras un intenso debate dentro de las cárceles que no arrancó hasta finales de 2016 y no concluyó hasta mediados del año pasado.

El papel de los presos ha sido determinante en los pasos dados por ETA. La izquierda abertzale alberga la esperanza de que la desaparición de la banda permita algún cambio en la política penitenciaria y facilite el acercamiento de los reclusos a cárceles próximas al País Vasco.

La carta incluye un reconocimiento expreso de que los militantes de ETA asumen la decisión tomada de manera colegiada, de que no es un paso exclusivo de la cúpula.

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