El plan del gas: menos calefacción, menos luz en las calles, teletrabajo y parón en fábricas
Gobierno y Bruselas se plantean incluso regular las luces de Navidad, 110 km/h y el uso de corbatas en verano
«Esa luz... ¡Apágala!» Nunca esta expresión de los padres cobra tanto sentido en medio de la invasión rusa de Ucrania y su impacto en la economía. La Unión Europea aún está lejos de poder desconectarse completamente del suministro de Moscú. Es la conclusión a la que han llegado en Bruselas donde, en pleno verano y con varias olas de calor repartidas por el Viejo Continente, sus responsables ya tienen un ojo puesto en el crudo invierno que puede atravesar la economía si no actúa desde este momento. Y actuar es ahorrar energía. Porque Europa no tiene casi ni gas ni petróleo. El suministro no está garantizado. Y cualquier corte inesperado puede llevar al traste a toda la UE en pocos días.
El plan de ahorro energético pasa por medidas en la Administración Pública, la industria, las empresas y cada uno de los hogares. Acciones que ya en otros momentos se han llevado o que se pueden realizar para contener el consumo energético.
Hogares. La temperatura media óptima para que una vivienda se encuentre aislada sin gastar más energía de lo necesario serían, según el IDAE, se encuentra en verano (con el aire acondicionado) entre 21 y 23 grados y en invierno (con la calefacción) entre los 23 y los 25 grados. Gobierno y UE quieren rebajar esa temperatura y dejar los edificios oficiales en 19 grados este invierno. En las casa, piden bajar un grado la calefacción. Por otra parte, instalar termostatos que regulen la temperatura puede suponer un ahorro de entre el 8% y el 13%. Así como la recomendación de ventilar la casa 15 minutos una vez al día, opción suficiente para renovar el aire. Elegir la categoría de menor consumo siempre es rentable a largo plazo. El mínimo debe de ser la clase A+. Es recomendable apagar los aparatos cuando no estén en uso y no dejarlos en ‘modo de espera’ o ‘stand by’. Las autoridades también recomiendan utilizar siempre que sea posible los modos ECO de todos los electrodomésticos. Aparentamente estarán funcionando más tiempo de cara al usuario, pero realmente ahorran energía al no ser tan potente su trabajo y poder hacerlo en más tiempo y sin la necesidad de maltratar los sistemas internos.
Empresas e industria. Fomentar el teletrabajo es una de las opciones que están barajando los distintos Estados miembro. Después de la experiencia acumulada durante los peores meses del coronavirus, ahora toca aplicar esta medida no por seguridad sanitaria, sino para ahorrar energía. Los expertos, y también la Comisión Europea, apuntan a la necesidad de regular de forma excepcional el trabajo a distancia, al menos durante las próximas semanas o meses, para evitar un mayor uso del vehículo privado para desplazarse hasta el centro de trabajo y, por tanto, consumir combustible. Bruselas ha puesto su visión en los mecanismos de capacidad. En la práctica, se trata de paradas programadas de la actividad en las fábricas. España ya cuenta con un mecanismo mediante el cual la industria recibe una compensación económica a cambio de paralizar durante varias horas o varios días a la semana. El objetivo es reducir el consumo energético para poder atender la demanda de los hogares. En Alemania, donde la posibilidad de cortes de gas es mucho mayor que en España, la industria se está preparando para esta contingencia. Supondría un impacto en la evolución económica de todo el país, que podría arrastrar al resto de Europa. Pero serviría para no tener que interrumpir el suministro en los hogares, mientras sean las empresas las que paralicen su producción durante un tiempo.
Ámbito público. El Gobierno trabaja en un plan de establecimiento y racionalización de horarios de encendido y apagado de las instalaciones de climatización, iluminación y equipamiento ofimático. Se está impulsando la instalación en edificios e infraestructuras públicas de placas fotovoltaicas para autoconsumo. Se va a optimizar el alumbrado exterior en edificios, monumentos, parques, jardines o viales, con regulación de los horarios de encendido y apagado y del nivel luminoso en esas zonas. Las medidas impulsadas por Bruselas también recogen un control de horario de la iluminación exterior, que sería fácil su adaptación al sector privado. La idea iría por la vía de ajustar horarios e intensidad en la iluminación exterior de los edificios, contemplándose incluso su reducción hasta un mínimo del 50% de la capacidad normal. Las instalaciones de iluminación de fachadas de edificios, monumentos o infraestructuras, comerciales y rótulos se apagarían a la 1 de la madrugada. La norma también contempla unas Navidades menos luminosas de forma que la 1 de la madrugada también sería la hora tope para apagar el alumbrado festivo y navideño.
Los 110 km/h y las corbatas. En la anterior crisis energética, que llevó al petróleo hasta los 140 dólares por barril de Brent en el año 2008, el Gobierno aprobó una nueva limitación de la velocidad máxima en las autovías, que fue rebajada de 120 a 110 kiómetros por hora para abordar una conducción más eficiente. El entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el presidente del Congreso, José Bono, se enzarzaron por la polémica de las corbatas. Sebastián le envió un termómetro a Bono para que mida la temperatura del hemiciclo, avisándole de que sólo se pondría corbata cuando pasase el verano. Le instaba así a subir la temperatura en los aires acondicionados para gastar menos. Y resolver el calor sin corbata. Es una opción.