María Martín Granizo: "Si tuviese dos piernas no habría hecho muchas cosas"
-Deportista paralímpica y pionera en la competición de personas con discapacidad en competiciones ordinarias, es la cara visible de la campaña Incluencer de Soltra por los valores que representa de superación e inclusión
María Martín Granizo (León. 2006) nació sin la pierna derecha y ha conseguido todos sus sueños a pesar de que, como no puede ser de otra manera, se levanta todos los días con el pie izquierdo . Es campeona de España de esquí con una sola pierna.
Esta deportista leonesa de 17 años se ha subido al podio también como campeona mundial y de España de surf en 2022 y subcampeona de Europa en 2023. María lleva «con orgullo» otro palmarés muy especial. Es embajadora de la campaña de Soltra Soy Incluencer que promueve la inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos.
«Uno de mis mayores logros es la competición inclusiva y me pone muy feliz que una niña ciega se haya animado a seguir mis pasos», dice satisfecha. Fue en 2021, en la copa de España, cuando se lanzó a la pista en una competición ordinaria.
Sobre su nuca sintió los ánimos que el público le lanzaba de una forma muy especial. Nunca antes se había visto a una persona esquiando en sus condiciones con personas sin discapacidad. María Martín Granizo se ha criado en la inclusión. Su familia no le ha puesto límites y ella ha soñado alto. Y su familia ha sido un pilar sólido para convertir los obstáculos en oportunidades. «Mis padres y mis hermanos son mi principal apoyo», admite.
«Esquío desde los seis años, igual que mi hermana melliza y que mi hermano mayor», relata. «Toda mi familia esquía y con ocho años empezaron a competir en la Cordillera Cantábrica. Yo les decía que también quería competir», añade. Gracias a su tío Julio, introducido en el mundillo, consiguieron que compitiese en la Cordillera Cantábrica. «Antes no había competición para personas con discapacidad y aunque era solo una vez al año, fue increíble», asegura al hablar de los que denomina, «los mejores años de mi vida».
«Si mis padres no hubiesen tenido la mentalidad de que su hija puede hacer todo, no lo habría conseguido», señala la deportista. Nació con un fémur ddel tmaño de una aceituna y la rodilla pegada a la cadera, pero con la suerte de crecer en una familia que le ha enseñado a pelear por lo que quiere. Y María, que es «muy cabezota», ha puesto el resto. «Muchos tienen a sus hijos en una burbuja de cristal y el miedo no les deja avanzar. Pero nadie se va a reír de ti por hacer deporte», comenta.
El culmen de su trayectoria, hasta ahora, ha sido abrirse paso en la competición inclusiva. Fue, más que un logro personal, la demostración de que merece la pena intentarlo. «Muchas personas con discapacidad tienen miedo por el qué dirán, pero yo nunca he tenido una mala experiencia», resalta.
Empezó con una silla para esquiar. Recuerda que su padre «me cogía como con un arnés de perros. Me tenían que llevar; luego empecé a tres huellas, con tres puntos de apoyo, dos stabilos y un esquí, que actúa de base de una pierna», explica.
Una de las competiciones que recuerda con mayor satisfacción es su última Pitarrol, el último que podía competir en esta categoría, y en Aragón tiene sus pistas favoritas. «Me he sentido muy acogida».
María Martín Granizo también se ha subido a la ola de la competición en surf, un deporte «más lúdico» que el esquí que empezó a practicar hace ocho años en Peniche (Portugal). «Empecé con mis hermanos por pasarlo bien en verano. Nunca pensé que se convertiría en algo profesional», asegura. Se lanzó por primera vez el año pasado. Conoció al multicampeón de surf Lucas García, de Salinas, a través sus tíos porque habían esquiado juntos de pequeños y tras probar en su escuela «me animó a presentarme al Mundial en 2020». Ya se ha proclamado subcampeona de Europa y de España de surf.
María Martín Granizo tiene claro que quiere continuar con el deporte inclusivo. Desde la pista y sobre las olas, con su destreza y tesón, y desde las redes sociales con su popular perfil @conelpieizquierdo, es una Incluencer de lujo para mostrar a la sociedad el reto de la inclusión.
Satisfecha con todo lo que ha hecho en su vida, sobre todo por las oportunidades de viajar y tener nuevas experiencias, la deportista asegura con su natural optimismo: «Me encanta que me falte una pierna. Si tuviese dos piernas, no habría hecho muchas cosas ».
Ahora mismo se recupera de las dos lesiones que ha sufrido esta temporada antes del Mundial. María estudia el bachillerato biosanitario en el Colegio Divina Pastora y su proyecto es convertirse en fisioterapeuta, siguiendo los pasos de su tío Isaac.