ª1. Economista por la crisis
JUAN CASTELLANOS Silván. Tiene dos premios extraordinarios. Trabaja en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal de España.
Dice que fue la ‘Gran Depresión’ la que le llevó a estudiar Economía. En español y en ingles. « Sentía curiosidad por descubrir qué generó tal debacle a nivel global y, sobre todo, cómo se podía actuar para paliar sus consecuencias», cuenta Juan Castellanos Silván.
La curiosidad se ha convertido en mucho más. «En ese momento, no sabía que la economía me iba a apasionar como lo hace. Y tampoco era plenamente consciente del tipo de cuestiones que se tratan en este campo», añade. Luego, hace una reflexión que es a la vez una crítica. A todos. A él, también. «En general, pienso que existe un elevado grado de desconocimiento y en parte esto es culpa nuestra, de los economistas, que tal vez no somos capaces de trasladar de la mejor manera nuestros descubrimientos al público en general».
La economía ha sido una especia de revolución total en su vida.
«Estudiar economía ha cambiado totalmente mi forma de pensar y también la forma de afrontar cualquier situación o problema», explica Juan Castellanos.
¿Problemas? De momento, se ha librado del de su generación. Juan Castellanos Silván tiene trabajo. En la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal — un organismo independiente creado en 2013 por el Gobierno español a iniciativa de la Unión Europea por mandato constitucional—, el Airef. Lo hace gracias a una beca de investigación en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid. La beca, gracias a su expediente académico y a su esfuerzo. Y a su esfuerzo le debe dos premios extraordinarios: al mejor expediente de su promoción, que le entregó el Colegio de Economistas de León, y el de fin de carrera, que le dio la Universidad de León.
En el Airef analiza la sostenibilidad de la deuda y del sistema de pensiones. Dice que «debido a la importancia que tiene la estructura poblacional en el análisis de estas cuestiones», también ha estado inmerso en un proyecto relacionado con proyecciones de población.
En realidad, dos. «El primero discute los efectos de la globalización sobre la desigualdad de ingreso bruta y neta, antes y después de impuestos. El segundo se centraba en el comportamiento del consumo a lo largo de los ciclos económicos, expansiones y recesiones, en la economía española», dice.
De sus estudios ha extraído varias conclusiones. Que la desigualdad de renta entre países «tiene un mayor peso que la desigualdad de renta dentro de un país a la hora de explicar la desigualdad global», que «la globalización ha mermado la capacidad recaudatoria de los gobiernos, por lo que se requiere una mayor armonización fiscal, especialmente dentro de la Unión Europea», que la economía española «tiende a rendir por encima de la media en expansiones mientras que sufre más durante las recesiones», y que «el consumo agregado es más volátil que el PIB, la explicación de este hecho se centra por un lado en el mercado de trabajo, donde los ajustes se hacen vía cantidades (despidos/contrataciones), lo cual tiene un impacto mayor en el consumo de los hogares que si estos ajustes se hicieran a través de reducciones de las horas trabajadas», resume Juan Castellanos Silván. Normal que le apasione la economía.
Acaba de ser admitido en el Instituto Universitario Europeo (IUE) de Florencia, uno de los mejores de Europa, para hacer el doctorado. Con una ayuda, gracias a las becas Salvador de Madariaga.
Tiene claras muchas cosas. Que quiere hacer una buena tesis en el IUE porque «los proyectos que se desarrollan en estos organismos tienen un impacto en la sociedad y en el bienestar de los ciudadanos a través de mejores políticas públicas», que «el mundo en el que vivimos es cada vez más competitivo, por lo que cada vez es más difícil alcanzar tus objetivos, hay que trabajar más duro y renunciar a ciertas cosas», que «esto no deja de ser una gran noticia para la sociedad: gente cada vez más preparada y capaz», y que le gustaría «aplicar esos conocimientos y ayudar así a expandir el conocimiento y mejorar el entendimiento de nuestra sociedad». Sabe dónde quiere hacerlo: «En un banco central o una institución internacional como el FMI o la OCDE. Este tipo de instituciones juegan un papel fundamental en la aplicación de los resultados académicos de investigación. Además, tienen sus propios departamentos de investigación y sus labores de comunicación permiten a los gobiernos mejores políticas que tendrán un impacto en el bienestar de los ciudadanos».
Inmersos en la Cuarta Revolución Industrial, dice, «una oportunidad excelente gracias al desarrollo de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías», apuesta por un cambio radical en la educación: «El modelo educativo no debe centrarse en trasmitir conocimientos, sino en generar conocimiento que a su vez ayude a resolver los problemas a los que nos enfrentamos, desde el cambio climático al envejecimiento de la población. Es necesario fomentar las habilidades creativas o la interacción social, ya que estas son habilidades que nos diferencian de los robots».
Está orgulloso de ser de León, y agradecido. Lo resume parafraseando el Himno. «Sin León no hubiera España. Y sin León no hubiera podido conseguir todo lo que he logrado hasta ahora».