Las adolescentes y las niñas se convierten en el nuevo blanco de la violencia sexual
Los delitos se disparan entre los menores de 16 años, con 20 casos de abusos, doce de corrupción y dos agresiones
Las adolescentes que sufren los episodios más crecientes de las fórmulas de acoso sexual , habitualmente a manos de mayores de edad; y las niñas que son víctimas de los abusos por parte de familiares y personas cercanas a las parejas de sus progenitoras, conforman el grueso de la violencia sexual creciente, que hoy celebra multitud de actos de concienciación y mentalización educativa en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Los delitos contra la libertad sexual ya dieron la voz de alarma con un incremento especialmente notable en el apartado de los menores de 16 años, de acuerdo a los datos reflejados por la memoria de la Fiscalía General del Estado correspondientes a la provincia de León.
Referencia
El año pasado se registraron 20 episodios de abuso sexual contra menores de 16 años, 12 de corrupción de menores, dos de agresión sexual a menores de 16 años con acceso carnal, otros dos episodios de exhibición y provocación sexual sobre menores de 16 años, circunstancia que estudian los analistas para tratar de discernir cuál es el motivo de este aumento en esta problemática.
210 ataques
El ejercicio concluyó con 210 episodios contra la libertad sexual, por los 116 del año anterior. 72 fueron agresores asexuales, una violación, hubo 66 abusos sexuales y dos abusos sexuales con acceso carnal.
No se registraron abusos sexuales de acoso sexual en el transcurso de los mismos periodos del año anterior.
En la estadística se contabilizan siete episodios de exhibicionismo y provocación, uno de prostitución de persona menor de edad o incapaz y seis casos abiertos por producción, distribución o tenencia de material pornográfico. También se registró un caso de uso de prostitución con persona menor de edad o incapacitada. No hay constancia de asistencia a espectáculos de exhibicionismo o porno, ni de omisión de los deberes de guarda del menor, referente a prostitución o corrupción. Tampoco hubo abusos sexuales con engaño sobre personas de edades comprendidas entre la franja de los 16 y los 18 años ni tampoco se han producido cosas por telecomunicaciones con menores , ni prostitución de persona, mayor de edad o abusos sexuales con engaño.
En paralelo
La existencia o ausencia de empleo es un factor clave para caer en el pozo que para centenares de miles de españolas abre la violencia de género, pero también puede ser el instrumento que permita salir de una vez por todas de esta lacra. Depende de la ayuda que reciban para romper el círculo vicioso en el que les introduce el binomio de violencia y desempleo. Las vejaciones, humillaciones y ataques que muchas mujeres soportan a manos de sus parejas o exparejas asfixian sus posibilidades de tener un empleo.
Salvo que las autoridades pongan los medios para que rescatarlas de esta parálisis, sufren un empobrecimiento paulatino y un paro de larga duración que las instala en la exclusión social, la precariedad y la economía sumergida. Esta es la principal conclusión de un estudio nacional realizado con víctimas de esta lacra por la Fundación Adecco.
Deleznable
La investigación desvela que siete de cada diez maltratadas confiesan que es la propia violencia la que desbarata sus opciones de desempeñar un empleo. Las dos terceras partes explican que la falta de confianza y de autoestima a la que les han llevado el miedo, los desprecios y las descalificaciones hunden su seguridad a la hora de pelear por un puesto de trabajo. El otro tercio, directamente, ha tenido que dejar su empleo por las presiones o exigencias de su pareja, que con el tiempo descubren que busca someterla a mayor aislamiento y aumentar su posición de poder con la llave económica. El problema, desvela el estudio, es que con este fracaso o claudicación laboral se inicia un círculo vicioso que ya va a ser muy difícil abandonar. La situación de desempleo y falta de recursos propios intensifica la vulnerabilidad de la víctima, pues merma su independencia, su autoestima, pero también su vida social.
De hecho, los responsables de el observatorio social constatan que el aislamiento del mercado laboral convierte en una carrera de obstáculos la huida.
Información realizada por: M. Á. Zamora, A. Calvo, M. Carro, M. Rabanillo.