TRIBUNALES
El autor confeso del crimen del joven dominicano fue a su entierro a dar el pésame a la familia
La fiscalía solicita para los cuatro sospechosos catorce años de prisión por homicidio y año y medio más por tenencia ilícitas de armas, acusados de dar muerte en un plan conjunto a un compatriota suyo por un supuesto ajuste de cuentas
Los cuatro acusados de dar muerte a un joven dominicano en febrero del año 2020, que se enfrentan a penas de 14 años de prisión, acusados de homicidio y tenencia ilícita de armas, sostienen a través de sus defensas que la muerte del joven fue un accidente y piden que se considere el caso un homicidio imprudente
Los sospechosos atribuyen a la víctima, la comisión de un robo en casa de uno de ellos y en un ajuste de cuentas, se cobraron su vida presuntamente, tras llevarlo a un paraje abandonado en Villarente y propinarle dos disparos. Eso según la versión de la fiscal, Las defensas ofrecen descripciones correlativas de los hechos bien diferentes, que buscan la absolución.
Un jurado compuesto por seis hombres y tres mujeres integran el Jurado Popular que dictaminará si los sospechosos, Erasmo, Amaurys, Hoover y Jonatan son considerados culpables o no culpables. En caso de que se decrete que procede condenarlos, el magistrado presidente determinará la cuantía de la pena.
El presidente de la sala ha explicado al jurado el funcionamiento de la vista y las normas que seguirán su desarrollo. La fiscal trató de convencer al jurado, en los primeros compases de la mañana, de que el sentido común será la mejor herramienta para alcanzar una convicción. "El fiscal no es el malo de la película", les ha dicho. "Solo velamos por los intereses de la sociedad y que se cumpla la ley con justicia y para eso es necesario que haya pruebas".
Según la fiscal, el principal sospechoso alegaba que su madre le relató que había sido víctima del robo de una cantidad importante de dinero en su casa y que solamente el fallecido sabía de la existencia de ese dinero y dónde estaba escondido.
Así que encargó a sus amigos que le acompañaran para tratar de esclarecer lo ocurrido, si bien la víctima negó haber sido el autor del robo ni saber detalle alguno de lo que había sucedido.
En un momento de la discusión, y sin que ninguna de las personas que le acompañaban en el coche en ese momento pudieran hacer nada, sacó la pistola y le disparó dos veces para acabar con su vida.
Después conminó a sus compañeros de regreso a que no comentaran nada de lo que habían visto, bajo la amenaza de que pudieran pagar las consecuencias de una delación.
La defensa de Hoover mantiene que simplemente era el conductor de Erasmo y que no tuvo participación en el plan. "Trató de huir y no le dejaron", aseguró su letrada, que sostiene que la propia Guardia Civil refleja en una de sus versiones que no tuvo participación.
El defensor de Erasmo, el supuesto autor material de los disparos, ha lamentado su desventaja: "Valoren los hechos", ha dicho al jurado. "Hay una gran tragedia, la muerte de Dawry. Pero después de la vida hay que defender la libertad y mi papel es evitar una segunda tragedia, porque Erasmo no tenía intención de matar y no puede perder la libertad por eso. A veces las cosas no son como parecen. Vamos a demostrar que Erasmo no apretó el gatillo para matar".
El abogado que defiende de forma conjunta a Amaurys y Jonatan sostiene que no había ningún plan "y fueron llevados a la fuerza, les apuntaron con la pistola también a ellos, no tenían otra opción". Recuerda que en el auto de libertad provisional de los dos sospechosos se rechaza que participaran para colaborar en la muerte de la víctima. "Quedaos aquí y como digáis algo, os mato", asegura su defensor que les dijo Erasmo. "Eso se llama miedo insuperable".
Erasmo ha sido el primero en iniciar el turno de interrogatorios. "Trabajaba por mi cuenta con los bitcoins y en algún momento puntual traficaba con cocaína". Conocía a Dawry "desde que llegué a España, porque venía del mismo país que yo",
El 25 de febrero de 2020 estaba con Hoover en casa. "Entraron dos personas a robar a mi madre. No sé quiénes eran pero sabían dónde estaba todo porque fueron directos a la caja fuerte. Se llevaron cerca de 3.000 euros y aparatos electrónicos". Sospechó da Dawry "porque era el único que sabía lo que yo tenia y dónde lo tenía". Pero no lo denunció "porque seguro que no lo iba a reconocer y porque no tenía algunos datos necesarios".
Introdujo esta vez una novedad en su relato: "Tenía ese dinero porque me lo habían prestado". La fiscal le hizo ver que tras tres declaraciones, es ahora cuando aporta una nueva versión. "Esta es la verdad".
"Quedé con Dawry para intimidarle", explicó Erasmo ante la Audiencia, sin dar una explicación convincente del motivo por el que citó a los otros tres sospechosos. "Era porque me habían prestado ellos el dinero", dijo. La fiscal insistió en que la versión también es nueva. "Por desesperación, tomé esta decisión de ir a buscar a Dawry. Quería intimidarle, nadad más. Asustarlo un poco para que hablara y darle un escarmiento".
Justificó la elección de un paraje apartado de Villavente para mantener la conversación "porque quería impresionarle" pero no supo explicar por qué llevaba un arma: "Yo no llevaba la pistola, no sé por qué dicen eso los otros. Yo no llevaba ningún arma". La Guardia Civil encontró signos de haber realizado disparos en las paredes de su domicilio.
"No dije en ningún momento 'Hay que finiquitarle' ni di la orden a Hoover de que revisara a Dawry. Tampoco es verdad que levantara mi ropa para enseñarle que llevaba un arma", explicó. "Se disparó sola, yo no apreté el gatillo. Estábamos forcejeando", dijo.
No es cierto tampoco que el grupo se fuera de la zona y que volvieran más tarde para llevarse la cartera de Dawry: "No sé por qué ahora los demás dicen eso. Es mentira. Yo tampoco hice desaparecer la pistola", manifestó. Tampoco reconoció haber encañonado a los demás investigados: "No tiene sentido, no tenía por qué amenazarlos".
Si todo se trató de un mero accidente, según la fiscal hubiera sido lógico llamar al 112: "Es que ya no se movía, le dimos por muerto". Se sintió "tan mal" que acudió al entierro de Dawry "y duré cinco minutos" y reconoció los hechos a la primera, pero no se entregó.
Hoover ha sido el segundo en pasar por el estrado. Es colombiano y declara no conocer de nada a la víctima y muy poco a los otros dos acusados. "Estábamos en casa de Erasmo y entraron con pistolas y con la cara cubierta. Yo creo que la voz de uno era la de Dawry", aseguró. "Me dijo que fuera con él, que íbamos a darle caña porque se llevaron ordenadores y otras cosas".
Preguntado por la disposición en el coche, señaló que él conducía, Erasmo era el copiloto y atrás viajaban Jonatan y Amaurys con Darwin en el medio. De forma inconsciente, Amaurys ha negado con la cabeza al escuchar al otro sospechoso.
Narró que la víctima había sido recogida en El Ejido. Que al bajar del coche, hubo una pelea entre el autor confeso del disparo y el fallecido y que no hubo conversación previa. Luego recordó que si oyó unan frase de Erasmo: "Hay que finiquitarlo".