Los bomberos prevén rescatar este año a unos 200 ancianos en casos de soledad o indefensión

El Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de León atendió el año pasado 161 aperturas de puertas por casos que generalmente correspondían a personas que habían dejado de dar señales de vida o que no podían valerse por sí mismas. Los cálculos para este año vaticinan que se rondarán alrededor de 200 salidas de este tipo. A estas alturas del ejercicio, ya son 41 . Suponen aproximadamente el 20% de las actividades que se generan en su ámbito en el día a día de León. Las salidas que suman todos los conceptos ya rondan la 300.

«No hay una preparación especial para este tipo de casos », señala Omar Álvarez, jefe del Cuerpo en León. «Acudimos a abrir puertas a solicitud de Policía Local y Policía Nacional, la intención es causar el menor daño posible a la casa. Si dejas el domicilio sin puerta después de la actuación, das lugar a riesgo de ocupaciones...».

La dotación de efectivos para este cometido es de 69 miembros. Hay un proceso de selección inminente de diez plazas y una sola baja de larga duración. La entrada de la Diputación aliviará el número de actuaciones. La ratio ideal es de un bombero por cada mil habitantes. Se trata de buscar una proporción que permita cubrir dos salidas a la vez en cualquier momento.

A esa plantilla le crecen los retos por las condiciones demográficas de León. El rescate de ancianos desamparados está al alza. Para atenderlos, hay dos sistemas, el tradicional de la radiografía para casas antiguas y forzar el bombín para las modernas. «Lo mejor es entrar por la ventana, pero no siempre se puede. Es más fácil». En vivo, impresiona más también.

Sanos y salvos

Ya dentro, se pueden encontrar todo tipo de situaciones. «No es infrecuente que la persona esté dentro, en perfecto estado de salud y que simplemente no haya oído el timbre o las llamadas », explica Omar. Suelen acudir dos vehículos y cuatro efectivos. Uno es de mano y otro de altura. En el interior, la responsabilidad pasa a los servicios sanitarios y a los policías. Una vez que se ha franqueado la puerta, la misión de los bomberos está cumplida.

«Muchas veces te llama la familia... un hijo que está en Cáceres y no es capaz de contactar con su madre. Cada vez hay más gente mayor y cada vez vive más sola. Va en auge y estamos convencidos de que esto va a ir a más», detalla el jefe del Cuerpo. «Lo más triste es encontrar un cuerpo momificado y que nadie haya preguntado por él».

Pese a que hay una coordinación paralela con los servicios sociales de las diferentes instituciones, estos no actúan hasta que se ha completado la intervención de los bomberos.

«No hay un entrenamiento especial, nos lo da el día a día», subraya. Y los casos especiales «como la edificación en la que la autoescala no puede actuar y hay que bajar a rappel. Es más arriesgado pero estamos acostumbrados», dice.

Más que incendios

Las 161 actuaciones por aperturas de puertas suponen en torno al 20% de las intervenciones que lleva a cabo el Cuerpo de Bomberos. «Se supone que lo más habitual son las salidas por incendios, pero hacemos muchas más cosas», relata el mando. Ahí se incardinan los incendios forestales . «Si se acercan mucho a las viviendas, apoyamos a las Brigadas de la Junta» y las excarcelaciones de los accidentes de tráfico.

El cupo de actuaciones ronda las mil anuales. Las hay estacionales «como los incendios, que empezarán ahora», pero también hay incidencias por malos hábitos. «No hay solo personas mayores o de movilidad reducida afectadas. Muchas veces nos dirigimos a sus familias». Lo hacen porque se deben de seguir unos consejos prácticos «sobre todo para evitar caídas». De hecho, las inmovilizaciones comienzan con tropezones en alfombras, «sobre todo las del baño» y es evidente que cuando hay problemas de desplazamiento, hay que evitar las trampas dentro de la casa».

No son las únicas, el encarecimiento de la energía está atrapando a muchas personas: «Una mala combustión es un riesgo enorme, pero las nuevas también dan muchos problemas. Un tubo de salida que se deforma, genera la salida de gases, una combustión interna... muchas cosas que pueden acabar provocando un suceso».

Por eso la solución es fácil. O no. «Todo hogar con una chimenea, sea vieja o nueva, debe de tener un detector de gases que no cuesta más de diez euros y que ahorra problemas». El dispositivo tiene dos sonidos, una alarma de finalización de batería y otra para la concentración de gases «y es perfecto para evitar siniestros».

La ‘muerte dulce’

Con las bombonas es peor. No hay aviso. La muerte dulce , lo llaman. Es mucho más común de lo que parece.

Otro consejo. «No se debe dejar la puerta abierta en caso de incendio. Hay que cerrar para que no se llene de humo la escalera y que se corte el acceso de bajada a los vecinos. Se considera que una estancia es segura contra el fuego cuando hay al menos dos puertas entre el foco y la persona».

Para hacer frente a las necesidades del servicio, se van a adquirir seis nuevos vehículos con los que renovar la flota. Una autoescala, dos camiones y un vehículo de altura especial para el casco antiguo «porque a veces tenemos problemas en intervenciones en calles estrechas». Ha habido etapas peores pero se van a mejorar las dotaciones y se podrá hacer frente a las necesidades del servicio. El área de intervención es «cualquier punto que esté a treinta minutos de León», el resto es cuestión ajena.

El valor de una vida

«La vida de una persona vale lo mismo en la capital que en un municipio», explica el responsable del mando. Pero a veces es complicado luchar contra las circunstancias: «El verano pasado tuvimos tres salidas a la vez en la A-6 cerca de Astorga, otra en Matallana de Torío y otra en El Negrón. Para esos casos tienes que tirar de los planes B y C, que los tenemos. Hay muy buena disposición de los profesionales».