Las Cabezadas se vuelven más cazurras tras la pandemia
Ayuntamiento y Cabildo de San Isidoro no acuerdan un año más si se trata de foto u oferta la ofrenda que hace la ciudad desde hace siglos
El papel del síndico en esta ocasión lo ostentó el concejal de Participación Ciudadana, Nicanor Pastrana, que inició su intervención con un saludo a los presentes y una alusión a la pandemia, tras la que lanzó una petición de aplauso como homenaje solemne. Después de recitar la historia de la festividad, su primera intervención se centró en hacer una irónica referencia, en la ubicación del vino que según el representante municipal guardan en su haber los clérigos. «Le voy a proponer un chupito de vino», avisó Pastrana tras ofrecer la cristalería adecuada: «un vaso más grande para el clérigo por generosidad del pueblo de León».
El canónigo, Teodomiro Álvarez, tras el saludo a los presentes, admitió que ya sabía que Pastrana «venía peleón» así que concedió que «el vino mejor para el final». Su primer contrataque se dirigió al derribo de la estatua de la plaza el pasado mes de enero, suceso que tachó de «supuestamente accidental».
Pastrana, ante la falta de entendimiento, propuso asumir que el tributo histórico «fue obligado», pero pidió como prueba que «el gallo de la torre cante una vez». Ante el evidente silencio, el síndico aprovechó alertar al cabildo de que es «tenaz y un gran ejemplar especialmente dotado en cazurrería».
Álvarez no quiso quedarse atrás. El canónigo porfió en que «habría que hacer un concurso de cazurrería» para determinar esa afirmación. Pero Pastrana siguió su línea participativa e instó a que «decida el pueblo» presenten la cita «si es foro u oferta». Apenas levantaron la mano media docena, pero el canónigo no se dio por vencido. «Sería cruel por mi parte criticarle por el éxito que tuvo», lanzó con ironía sobre los resultados electorales de 2019.