Los médicos de familia dejan la cuarta parte de su jornada en las tareas administrativas

Los médicos de cabecera dedican un gran porcentaje de su tiempo en los centros de salud a tareas administrativas, que suponen «más de un 25%» de la labor que realizan en un día normal, según los datos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). Un tiempo precioso, sobre todo, en el marco de la sobrecarga laboral actual, que podrían dedicar a la asistencia clínica.

Sanidad ha dado un paso adelante y trabaja en la desburocratización de las consultas médicas, lo que en la práctica supone ganar tiempo para atender a más pacientes y que los facultativos se centren en su labor sanitaria olvidando un papeleo que en la mayoría de los casos podría efectuar otro perfil profesional. Para ello, Sacyl y la gerencia de Atención Primaria de León han iniciado un estudio para analizar los motivos de consulta por los que un paciente acude a un centro de salud.

La iniciativa se plantea con un doble objetivo: escudriñar si estas peticiones van encaminadas al profesional adecuado y de paso descongestionar la agenda del médico de familia, muy burocratizada. Los resultados preliminares en León reflejan que a la atención primaria llegan muchos asuntos administrativos, o al menos no estrictamente asistenciales. Uno de cada cuatros motivos de cita no son estrictamente sanitarios, sin incluir recetas o altas y bajas, que elevarían de forma muy considerable este porcentaje.

Lo que se pretende, ante el déficit de médicos de familia que atenaza a toda España, es reducir la carga de trabajo de los facultativos de cabecera en aquellas tareas que no son clínicas y que podrían realizar otros profesionales. Por ejemplo: los resultados de analíticas, siempre que arrojen un chequeo saludable del paciente que no requiera derivación médica. Según los datos del plan piloto, más del 10% de las consultas son por esta causa, y a ellas se podrían sumar los resultados de pruebas o radiografías.

Existen otras actuaciones poco o nada asistenciales que se realizan en los centros de salud, como actualizar los datos, homologar recetas, pedir justificantes de asistencia o derivar a otros profesionales. Eso sí, en muchos casos ya es el personal administrativo el que se encarga de ellas.

El presidente de Semergen en Castilla y León, Francisco García, calcula que la desburocratización de este primer escalón asistencial «descongestionaría las consultas» de forma sustancial. Valora que si las agendas de los facultativos de cabecera se ajustaran a los cánones ideales de atención de pacientes al día, el tiempo dedicado al papeleo podría traducirse en poder asistir hasta a otros 25 enfermos en los centros de salud.

Otro de los beneficios de derivar citas que no son estrictamente médicas es el circuito al que se somete a algunos pacientes que se encuentran en ocasiones con que tras pedir una cita con enfermería o medicina de familia son derivados a otro especialista. Esto provoca una ineficiencia, tanto para el profesional como para el usuario, que debe acudir a varias consultas. Detrás de la filosofía de este nuevo modelo está el que las consultas sean finalistas y resuelvan el problema de la consulta con el profesional adecuado, siempre que sea posible.

Los sindicatos aplauden este planteamiento y reconocen que apremia reducir las listas de espera que ha provocado el covid. Piden protocolos y guías para que el personal de enfermería puede llevar a cabo muchas de esas consultas finalistas. El objetivo es que todos los pacientes tengan hueco con su facultativo de cabecera el mismo día.