La decadencia de los barrios (III): La Asunción
Las cicatrices del «abandono»
Hay «un barullo de ratas» importante por sus desvencijadas y «sucias» calles, pero, sobre todo, «mucha inseguridad». Los vecinos denuncian que los robos son habituales
En el barrio de La Asunción la vida no es fácil. Hay edificios abandonados, suciedad alrededor de los contenedores y demasiadas cicatrices en sus desvencijadas calles, llenas de agujeros y grietas, sobre todo en la parte alta de este distrito obrero de León, donde la capital entronca con Navatejera, paralela al Torío. Algo mejor está el entorno de Feve, que tiene bloques de pisos más nuevos y zonas verdes bien cuidadas, incluso cubiertas, aunque la promesa de integrar la vía en la ciudad sigue sin cumplirse.
Tampoco llegan las inversiones del Ayuntamiento a esta parte del extrarradio, que arrastra problemas endémicos, como también denunciaron los vecinos de San Mamés, La Palomera o Armunia. Echan la culpa de ese «abandono» a las distintas corporaciones que han gestionado los presupuestos municipales. «Pagamos los mismos impuestos que en el centro pero nadie mira para nosotros», lamenta Ofelia Gutiérrez, presidenta de la Asociación de Vecinos, quien describe un escenario «muy complicado», sobre todo —subraya varias veces— «porque hay mucha inseguridad».
Descubre una oleada de robos que asola a establecimientos, locales y particulares. Asegura que son «habituales» y que la Policía y el alcalde José Antonio Diez lo «saben desde hace tiempo». Alude al respecto a un par de sucesos recientes. «Han entrado a las dos cafeterías del barrio, rompen los cristales y cogen todo lo que pueden», explica la portavoz vecinal, quien añade, además, que sufren «tirones de bolsos y robos de carteras». También «rompen los candados» de los locales. «La gente está aburrida con todo esto y tenemos miedo», reconoce Ofelia Gutiérrez, quien reivindica más presencia policial como «medida disuasoria».
Otro problema importante con el que lidian casi a diario es el «barullo de ratas» que, según apunta, hay cada día por el arrabal. Dice que las escuchan en la parte de atrás de la guardería, «donde se juntan con los topillos» y que, incluso, han entrado a algún establecimiento comercial. «Se ven un montón. Hay muchísima basura tirada por el suelo y campan a sus anchas», señala al respecto otra vecina.
Echan en falta más contenedores. Los pusieron nuevos, pero «quitaron muchos de los que teníamos antes y ahora hay que desplazarse para tirar la basura. La gente que vive aquí es mayor y en muchas ocasiones no puede dar ese paseo. Lo trasladamos al Ayuntamiento pero nos dijeron que igual que salen a comprar el pan pueden ir al contenedor», critica Ofelia Gutiérrez.
No es un trayecto amable. Las cuestas son empinadas y las escaleras que acortan la distancia muestran un aspecto lamentable. Y eso a plena luz del día. Están en la calle Peña Castro. Hay musgo en los escalones y los peldaños resisten a duras penas. «Ya se lo hemos dicho al concejal de Participación Ciudadana Nicanor Pastrana, pero como si nada», lamenta la presidenta de la asociación de vecinos del barrio de La Asunción, quien reclama el arreglo de las calles, también de los bancos y del resto de mobiliario.
«Aquí vive gente muy mayor, que sale con bastón o muletas y apenas puede caminar porque faltan losetas en las aceras y todo está muy mal», insiste. Si llueve las cosas se complican todavía más, sobre todo en la calle Santiles, donde las trampillas no dan a basto y el agua sale a chorros.
Entorno hostil
«Solo miran para el centro. A mí me parece muy bien que pinten Ordoño, pero eso no arregla los principales problemas de León. Ese dinero se podía haber dedicado a los barrios, que están abandonados completamente», detalla Adelina González, que reside enfrente de las vías. «Todo no se puede hacer en un día, eso está claro, pero aquí los problemas no son nuevos, los padecemos desde hace mucho tiempo», señala.
Un edificio abandonado en el barrio de La Asunción. FERNANDO OTERO
También «hacen falta más semáforos, porque solo hay dos en todo el barrio, junto a la farmacia y donde el colegio», continúa Ofelia Gutiérrez, quien asegura que «hay bastantes accidentes en la zona».
Inseguridad
Por La Asunción pasan cada día cientos de coches y «muchos universitarios» que se bajan en el apeadero de Feve para ir a clases. También usuarios del Hospital. Hay comercios tradicionales, cafeterías, talleres... Y cientos de vecinos en un entorno hostil, con pisos en venta desde los 30.000 euros en diversos portales inmobiliarios. «La mayoría de los vecinos somos gente trabajadora, pero por culpa de unos pocos, que no saben convivir, el barrio está fatal. Hay peleas y muchos robos», corrobora otra vecina que pasea por Mariano Andrés.
Escaleras de Peña Castro, con musgo y rotas FERNANDO OTERO
El cartel de Peña Ercina, a punto de caerse. FERNANDO OTERO