Reportaje | miguel ángel zamora
De cuando el chalé era «refugio para golfos»
El edificio fue propiedad de las Agrupaciones Obreras de León hasta que Falange se incautó de él en la Guerra Civil
Construido por la familia Nuevo, procedente de Avilés y asentada antes de 1900 en el entonces municipio de Armunia, el chalet de los Nuevo forma parte de la historia de León, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso el historiador Alejandro Valderas.
En 1905 falleció el hermano del doctor Juan Antonio Nuevo Suárez y se entabló un pleito que llegó hasta los tribunales nacionales: la familia quería enterrarlo «por lo civil» por ser de ideas anticlericales, pero el párroco y el Gobernador se opusieron y lo enterraron en el parroquial. Aquel pleito lo ganó la familia, pero fue noticia nacional y consta en varios libros de Historia y en la Enciclopedia Jurídica Española, volumen 18 del año 1910. A ello siguió la apertura real de un cementerio civil, que hasta la Guerra Civil sólo fue usado por la familia Nuevo.
Juan Antonio fue Doctor en Medicina y Licenciado en Farmacia (su título se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, en los fondos de la Universidad Complutense de Madrid en la que estudió entre 1877 y 1880).
A su fallecimiento sin hijos, dejó a su mujer Concepción Alonso Graiño como albacea testamentario y legó todos sus cuantiosos bienes a las Agrupaciones Obreras de León (los nacientes sindicatos socialistas). Como consecuencia de ello, en 1932 se abrió en León la primera «Casa del Pueblo» en la actual Gran Vía de San Marcos, que por ello se llamaba entonces Avenida de Pablo Iglesias, sobre uno de los solares que Nuevo les había donado.
Durante la Guerra Civil, el nuevo Gobierno se incautó de las propiedades de Nuevo: una casa en el caso de Armunia que fue durante décadas una Escuela; el chalet de Armunia pasó a Falange y al Obispado de León (de la Falange lo heredó la Junta en el traspaso de competencias de los años ochenta), tras eliminar el título de «Refugio para Golfos» que se le había conferido previamente en la época de la dictadura, por la particularidad de su uso como casa de acogida para menores con problemas; el solar de la Casa del Pueblo pasó a los sindicatos verticales que construyeron allí su nueva sede.
El resto de la finca de Nuevo en la Gran Vía, se convirtió en Plaza de la Inmaculada (nunca ha sido entregada al Ayuntamiento por ningún título de propiedad, expropiación, cesión, etc). ni por tanto consta en la relación de bienes municipales, lo cual a su vez complica ceder el uso de su subsuelo a un posible explotador de un parking subterráneo.