Frenazo en las expectativas
El ‘efecto champán’ del turismo pierde fuerza en el verano leonés
Los empresarios advierten del «frenazo» en las previsiones de recuperar la actividad, con ocupaciones muy inferiores a la pandemia e incluso al año pasado. Las reservas en la provincia se resienten y el sector se prepara para un otoño con cierres
Las que se anuncian como ‘las vacaciones más caras de la historia’ se desinflan para el sector en la provincia, una vez comenzada ya la temporada de verano. Los resultados de agencias de viajes, hoteles y turismo rural quedarán sensiblemente por debajo de las cifras que se registraban antes de la pandemia, y el incremento de precios que se ha anotado (desde el 8% de media en las casas rurales al 23,5% de los hoteles y el 10% en los paquetes vacacionales sobre el año pasado) no acaba de repercutir la totalidad del incremento de costes energéticos y de la inflación en general, lo que reduce los márgenes de un sector duramente castigado por las restricciones sanitarias, y que, en sus propias palabras, «tiene que comenzar a ajustarse y sobrevivir ya por sus propios medios».
Lo cierto es que la ocupación turística en la provincia será más baja que la esperada, y los operadores del sector consideran que «sería un éxito llegar a un 60 ó 70% del nivel de facturación de 2019». Un resultado discreto para un verano marcado por el «furor viajero» que comenzó en primavera, según la patronal del sector Exceltur; y preocupante si se atiende a las advertencias sobre el otoño caliente que se avecina, en el que la desaceleración (si no recesión) económica recortará de nuevo los gastos de las familias. También en viajes.
De momento el inicio de las vacaciones veraniegas se celebra con el ansia de viajar ya sin miedo a las olas del covid (a pesar de las advertencias sobre el avance de la séptima); y aplazando futuros aprietos para dar rienda suelta al deseo de vacaciones tras dos años de contención. Desde el turismo rural leonés se advierte de que hay una «clara desbandada a la costa», mientras los operadores reconocen el ‘efecto champán’ de las salidas, no tan despreocupadas porque «hay una adaptación al presupuesto. O se recortan los días, o se baja la categoría del hotel». Los hoteles de la capital tienen reservas de apenas un 40% de sus plazas, y adviertend el «frenazo» en la demanda que rompe las previsiones optimistas de esta primavera.
En la ciudad
La ocupación prevista es del 40%, aunque los hoteles confían en llegar al 60% a última hora
Jerónimo Fernández Lázaro, presidente de la Federación Castellano y Leonesa de Agencias de Viajes, señala que los paquetes turísticos se han encarecido alrededor de un 10%, «en línea con la inflación»; mientras que las reservas sólo para hotel han subido entre un 40 y un 50% sobre el año pasado. «Hay que tener en cuenta que los precios de los hoteles el año pasado no eran los normales, por la baja demanda y el miedo a viajar. Y también que el incremento de la energía, el encarecimiento de la cesta de la compra en general, tiene que repercutirse. Como en los aviones, el combustible cuesta más del doble que hace un año».
El coste de las vacaciones no es igual para todos. «Quienes reservaron en febrero o marzo tienen mejores precios, pagan lo que había entonces. Y no se cancelan viajes. Otra cosa es los que vienen ahora. O van menos días, o a establecimientos de menos categoría, lo cierto es que cada uno se adapta a su presupuesto. También influye el miedo a qué va a pasar a partir de septiembre».
El análisis que hace Fernández Lázaro coincide con el de consultoras como Appinio, que asegura que más de la mitad de los españoles ha decidido acortar sus vacaciones ante el encarecimiento, o posponerlas. Un 30% ha decidido cancelarlas. Y 8 de cada 10 las pasarán en España. La mayoría prefiere recortar gastos en bares, restaurantes y ropa y no renunciar a la deseada salida vacacional, aunque sea mucho más corta de lo previsto.
Respecto al ‘efecto champán’ de la alegría viajera veraniega reconoce que se nota respecto a los dos años de pandemia, «pero si comparamos la situación con 2019, para nosotros llegar a un 60 ó 70% de la facturación de entonces sería un éxito. No hemos tenido nada en este tiempo, pero las cifras no son las de antes».
En una situación en la que el sector «no espera ayuda de nadie. Ahora hay que comenzar a devolver los ICO y tirar de los Erte especiales para el sector, aunque las empresas independientes y las más pequeñas hemos recuperado en un 95% las plantillas. Es el momento de que cada uno se adapte a la nueva situación del mercado», señala el también presidente de la asociación provincial de agencias de viaje.
Rentabilidad hotelera
Donde han subido los precios con más fuerza es en los hoteles, tras el desplome en la pandemia. En León, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se han encarecido un 23,54% sobre el año anterior, con una tarifa media diaria de casi 58 euros. A nivel nacional la facturación media es de 95 euros, y el encarecimiento un punto más.
«Hace pocas semanas confiábamos en tener un verano muy bueno, pero ahora todo está parado. La inflación y la incertidumbre han supuesto un frenazo en las decisiones de los viajeros, y por tanto en las expectativas de los hoteles», explica Julio Álvarez, presidente del Círculo Empresarial Leonés (CEL) y del Grupo Hosteleón. Hasta el punto de que la ocupación prevista hasta finales de agosto en los hoteles de la ciudad es de apenas un 40%. «Subirá, sin duda, porque muchos turistas retrasan sus reservas hasta última hora. Pero el año pasado por estas fechas estábamos ya al 60%. Esperamos llegar a esos porcentajes, más algunos fines de semana. Pero nada como las ocupaciones del 85% de antes de la pandemia».
Respecto a la subida de los precios, el empresario hotelero señala que desde el mes pasado «los empresarios están conteniendo mucho los incrementos. Prefieren ajustar sus márgenes a perder negocio». Y recuerda que en 2020 buena parte del sector cerró, y el año pasado «se abrió con precios muy ajustados». Ahora «el incremento de costes, que afecta a toda la actividad hotelera, no se está trasladando a los precios».
Advierte incluso de que muchos hoteles de las provincias de interior tienen previsto cerrar durante los meses del invierno. «Antes podías aguantar tres meses de pérdidas. Ahora no». Es una práctica habitual en el sector en la costa.
Según los datos de los Indicadores de Rentabilidad del Sector Hotelero, León es la quinta provincia de la Comunidad con hoteles más caros, y la segunda donde más han subido los precios, por detrás de Soria. En Valladolid lo hicieron un 13%, aunque cuestan de media 71 euros.
Precios e incrementos que están muy lejos de los de las zonas turísticas más demandadas del país. Como Sevilla, donde en un año los precios han subido el 77,5%, y la habitación cuesta una media de 123 euros, o Córdoba, con un aumento del 64%. Barcelona y Madrid han subido en el último año sus precios hoteleros casi un 70%, hasta llegar a una media de 129 euros en la ciudad catalana y 114 en la capital. En el conjunto del País Vasco también se han encarecido un 50%.
Otra cosa son los ingresos por habitación disponible. En León se situaron en mayo en 28 euros, frente a los menos de 14 del mismo mes del año pasado (un 105,27% más); mientras que la media nacional es de 61 euros de rentabilidad por habitación, y en Castilla y León de 27 euros, liderada por Valladolid, con 36 euros.