El enésimo retraso en la Variante de Pajares le da una vida extra a la Rampa

El Gobierno no va a cumplir con la última fecha que dio para abrir la Variante de Pajares , que no acaba de ver la luz al final del túnel; después de casi dos décadas de obras, (19 años desde la primera piedra, la célebre dovela) las dos únicas certezas que  comparte la gran intervención ferroviaria bajo la cordillera son los casi 4.000 millones fundidos en la operación y la fuga de agua  de León por las galerías.

La tercera  iba a ser el cierre de la rampa de Pajares , la gran herencia  de la ingeniería civil española, que está aparejada a la apertura del túnel. También, como las fechas de estreno de la Variante, forma parte de la novedad que trasmite el Ministerio de Transportes en torno a los enlaces de tren entre León y Asturias  esta nueva era que está por comenzar con la estructura por la que se trata de lanzar la alta velocidad.

Este fallo, este desajuste en el calendario del Gobierno con la Variante, que parecía infalible, esta vez, sí, le permite ganar tiempo de vida a la Rampa de Pajares donde se reúne nostalgia y  territorio, el mismo que exploró el tren por las cumbres, y que ahora no quiere perder ese vector de unidad que se enlaza a través de los raíles.

Además de esas dosis de añoranza sobrevenida al momento de la ruptura, está el interés que trata de salvaguardar el valor del patrimonio; el  ferroviario, que es industrial, el cultural, que es debido y de gente agradecida, al escenario en el que creció el patrimonio.

El retraso de la Variante acompaña una oportunidad de explicar y proyectar con holgura los objetivos de la plataforma por el mantenimiento de la Rampa de Pajares, que se constituyó para defender el legado, la autoridad  que otorga la condición de testigo de cargo de tres años sobre el tren, al lado del tren, de vía de tren.

La plataforma para la preservación del puerto ferroviario de Pajares tiene el 26 de enero una de las citas más relevantes de estos ejercicios de actividad en los que ha mantenido encendida la luz del cirio del respeto a la herencia. Una asamblea en la que se encomienda al punto 4 del orden del día la recopilación de gestiones de la junta directiva sobre las diferentes acciones ante organismos públicos y empresas del sector ferroviario para comprometer el uso de la rampa a diferentes actividades.

La historia del ferrocarril pivota entre la rampa de Pajares y la Variante que la jubilará

La rampa, circuito de pruebas, uno de los destinos estructurales deficitarios en España; la actividad en el sector tiene que acudir a Europa para someterse a estos trámites indispensables para mejorar y desarrollar la tecnología.

Así que ese paréntesis llamado a ser vía muerta en el mismo momento que metan un servicio comercial en las galerías bajo la cordillera, se ofrece como plan alternativo para completar la tabla de test que requiere el desarrollo de un tren, de un material ferroviario, de un sistema de control. Luego, está la obligación con el legado. La responsabilidad de peder un patrimonio del valor de la Rampa.

Dos planes de vida opuestos

Al Gobierno no le agrada mantener abierta la Rampa de Pajares. Eso es una conclusión con tinte político; pero hubo otro Gobierno que sí defendía la actividad en este curso de vía convencional que desde la penúltima década del siglo XIX abre la comunicación de León a Asturias , que todavía hoy sostiene con una eficiencia indiscutible; a pesar de los incidentes, a pesar del desgaste; a pesar de la inversión.

La inversión es el primer cálculo que se aplica al desenlace de la vía ante la nueva época que se asoma tras la apertura del túnel. Adif pone cifras a la operación de mantener la actividad entre Busdongo y Puente los Fierros, por ese emblema de la Perruca, por esa lazada del ferrocarril que se lanza entre vertientes a uno y otro lado de la cordillera, solo sería posible con un desembolso de 150 millones de euros.

Una cuantía que pierde cualquier fleco de modestia si se suma a los casi 4.000 que ha costado excavar y alicatar el túnel. La cantidad de euros se multiplica siete veces si se evalúa el coste de mantenimiento de aquí a tres lustros, que es el tiempo equiparable al que se ha empleado en la obra de los túneles. 

Ya está en marcha una campaña para que la Rampa de Pajares sea declarada patrimonio de la Humanidad. Más práctica resultó la estrategia que se iba a aplicar en 2018, cuando el Gobierno aprobó un presupuesto de 40 millones para poner a la altura de los tiempos la estructura para sujetar el paso de mercancías entre León y Asturias.

6 millones en obras de urgencia

Adif despidió el año 2022 con  una inversión extraordinaria de seis millones para enmendar y remendar defectos en la Rampa. Hoy se entiende mejor aquel movimiento para inyectar seis millones de euros a una estructura que estaba destinada a cerrar en mayo, al mismo tiempo que iba a abrir la Variante. 

Las teorías enloquecen a la hora de analizar el nuevo plan de apertura del túnel, que alarga la vida de seis meses que le quedaban a la rampa.  Lo que parecía un hecho en diciembre, es una mala previsión en enero. 

Mientras, se aplican los contratos de obra, dos, por una cuantía superior a los seis millones de euros, para sujetar la vía entre León y Asturias, en ese agujero negro para el ferrocarril en el que ha terminado por convertirse la rampa, que tiene 138 años de vida y un historial de servicio y entrega a la causa ferroviaria de este país que no merece un tratamiento a base a analgésicos.

En el boletín se define con exactitud el momento de apuro. Emergencia de las obras y servicios de reparación de la superestructura, debido al mal estado de las traviesas entre diferentes puntos kilométricos de la vía León- Gijón. Que coincide en el encuadre geográfico con diferentes trechos de la rampa, entre Busdongo y Fierros, con la causa que justifica el deslinde de la necesidad.

Adif se muestra prosaico en el procedimiento administrativo. La frialdad de los números se hace exagerada al ver la cifra final del primero de los contratos adjudicados y formalizados el penúltimo día de noviembre: Cuatro millones, con IVA; más frialdad, con el segundo, con 2,1 millones, para sellar remiendos.