Los hundimientos en la plaza Mayor comienzan a ser preocupantes
La degradación del pavimento de la explanada se extiende con fisuras y desniveles que, además del peligro que suponen para los viandantes y de la imagen de abandono que proyectan, exigen un análisis de las causas
Grietas, baldosas rotas, fragmentos desprendidos, rendijas y resquicios muestran la degradación que desde hace años sufre el pavimento de la plaza Mayor de León. Y que avanzan de una forma cada vez más preocupante . Las fisuras se están transformando en sospechosos desniveles en varias zonas de la explanada, que fue remodelada hace algo más de dos décadas y bajo la que se construyó un párking de dos plantas. Además los bajos y sótanos de las viviendas que rodean la plaza han ido siendo ocupados por establecimientos de hostelería y restauración que en no pocos casos han provocado que los inmuebles se hayan resentido o hayan repisado.
Quizá los desperfectos que muestra el pavimento sean sólo fruto del deterioro de los materiales con los que fue construido, pero parece evidente que el entorno completo de la plaza, y las estructuras inferiores que deben sostenerla, exigen un estudio en profundidad que compruebe si existen problemas más preocupantes.
La nueva imagen de la plaza Mayor de León se inauguró a finales de 2001, tras un proceso de adecuación urbanística que se prolongó durante más de dos años y tuvo un coste de algo más de 550.000 euros, que se sumaron a las inversiones realizadas por ejemplo en las catas previas (en las que, por cierto, no se encontró ningún resto histórico de especial interés). Un proyecto que se realizó con fondos europeos dentro del Plan Piloto Urbano de Revitalización del Casco Histórico, y que se completó con la reforma de fachadas y soportales, además de la construcción del aparcamiento subterráneo.
El pavimentado de la explanada de la plaza se llevó a cabo con roca caliza de color gris y rojo, y se completó alrededor con una zona de adoquín de granito para que pudieran acceder los vehículos de suministro, aunque la plaza quedó como peatonal. Unos 4.100 metros cuadrados de pavimento que acoge el mercado de miércoles y sábados y un cada vez más nutrido volumen de terrazas, además de numerosos actos.