El inicio de curso será más caro este año con la subida de los libros y su renovación masiva
La entrada de la nueva ley a todos los niveles y el retraso del curso pasado elevan el coste para las familias hasta un 5%
Más que la cuesta de enero, para las familias está la cuesta de septiembre, cuando tienen que realizar un desembolso masivo para preparar el nuevo curso escolar con libros, material educativo y ropa para el colegio. Un pico que este año, además, será mayor como consecuencia de la entrada en vigor en todos los cursos de la nueva ley educativa —el año pasado sólo se implantó en los cursos impares— y la renovación masiva de libros, ya que hace un año el retraso en la publicación de los currículos frenó la renovación de los libros en muchos colegios que decidieron mantener las ediciones con las que ya contaban hasta que se formalizase el cambio.
La presidenta de la Asociación de Libreros de León, Sandra Llamas, explica que este año, además, los libros de texto han subido entre un 4 y un 5%, que se suma al incremento que ya se realizó el curso pasado y que ha provocado que el precio medio de un libro pase de media de los 25 o 27 euros a los 30 o 32 por cada ejemplar.
Así, las familias de Primaria tendrán que pagar, sólo por los libros de texto de cada uno de sus hijos una media de 300 euros. Una cifra que en los colegios concertados ronda los 400 mientras que en los públicos puede estar entre los 260 y los 270 euros.
Con escaso recorrido
La diferencia en esta horquilla de precios entre unos centros y otros se basa, fundamentalmente, en los libros y materiales complementarios que se asociación al texto principal de la asignatura. «Muchos profesores o centros piden que, además del libro, los alumnos tengan otros materiales, como cuadernillos de apoyo, libros de lectura o de problemas, que aumentan el coste», señala la presidenta de los libreros, quien además se dedica precisamente al sector de los libros de texto desde la Librería Cosmos.
Fuerte gasto
«Todos son caros, el papel es muy caro, incluso las reediciones», señala Llamas, quien valora, eso sí, «la calidad de cada libro, están muy elaborados, son muy visuales e interactivos, productos muy buenos», eso sí «con muy poco recorrido». Y esto último es una de las principales quejas de los padres. «Las familias protestan ya no por gastarse un dinero en el lote de libros de sus hijos, sino porque los libros ni siquiera valen de un curso para otro y, además, ni se usan», explica Llamas, para añadir que las familias «tienen la sensación» de que los libros no se aprovechan y que tampoco pueden ser heredados por hermanos más pequeños o conocidos «porque se escribe mucho en ellos, sobre todo en los cursos de Primaria e Infantil.
El gremio de los libreros considera que muchos concertados y ampas que se han sumado a la venta de libros de texto hace «competencia desleal» al sector ya que como tienen el número de compradores cerrado y asegurado consiguen mejor precio que el que pueden llevar a cabo las pequeñas librerías, pese a los descuentos que llevan a cabo y que se quitan de sus beneficios.