ECONOMÍA
La inversión pública relega a León en un entorno de recesión
La mejora en empleo y turismo no esconde la pérdida de músculo empresarial
El análisis de la situación económica de la provincia sobre el análisis de 31 variables coloca a León a la cabeza de la evolución autonómica durante el segundo trimestre del año; si se analizan tres variables más baja ya a la cuarta posición. Con un aumento de los precios a la cabeza del país los datos generales del mercado laboral son positivos (aunque hay muchos matices que analizar); y el turismo tira con fuerza de los datos económicos, si bien sobre las cifras de los años de la pandemia. La economía local presentaba antes del verano una evolución en general favorable sobre las cifras del mismo período del año anterior, según el análisis del Observatorio Económico de Castilla y León, elaborado por el Servicio de Estudios Económicos del Colegio de Economistas de Valladolid.
Sin embargo, hay signos de alarma en el entorno económico leonés, más cuando el marco a corto plazo es «una recesión económica y social ya inevitable»; con una incertidumbre que obliga a gestionar con mayor acierto los recursos públicos. «La desaceleración económica es ya una realidad», señaló ayer Juan Carlos De Margarida, director del servicio, en la presentación del informe; con precios desbocados, por ejemplo, que dificultan la financiación y la productividad de las empresas y limitan la capacidad de consumo e inversión de las familias.
El Ecova pone el acento en estos aspectos. Y en León no están entre los que tienen una evolución más favorable. Por ejemplo en lo que a inversión pública se refiere. El informe hace referencia a que el volumen total de obra pública licitado por las administraciones en la provincia el año pasado supone 415 euros por habitante, frente a una media de 578 euros en el conjunto de las nueve provincias de la Comunidad. Visto de otra manera, 12.078 euros por kilómetro cuadrado en León, frente los 14.600 euros de media.
Debilidad empresarial
En un escenario de minifundismo empresarial generalizado, que debilita la resistencia a las recesiones, León perdió el año pasado 832 empresas, y un 3,5% de su tejido productivo desde 2017. Una evolución más negativa en la provincia que en el conjunto de la Comunidad, aunque concentra casi una de cada cuatro sociedades autonómicas.
El mercado laboral sí ha tenido una evolución positiva en sus principales parámetros: aumenta la población activa , concentrada sobre todo en el sector servicios, aunque aumenta en todos los sectores; y crece el número de ocupados con fuerza (un 11,2% más que el año anterior). Sobre todo se reduce la cifra de parados, casi un 18%. Otro dato a tener en cuenta es la reducción de la población inactiva. No se frena el envejecimiento provincial, que sigue creciendo; pero se reduce con fuerza el número de estudiantes (un 28,9% menos durante el último año).
El turismo inició su recuperación en el segundo trimestre, si bien es verdad que venía de los duros tiempos de las restricciones por la pandemia. El número de establecimientos abiertos en junio creció más del 20% sobre el año anterior, y un 23,5% el personal contratado. Datos que hay que analizar desde el punto de vista del escenario de partida. A la espera de la evolución veraniega.