Prudencia empresarial ante la obra pública
La construcción abandona en la provincia obra pública por 2,4 M€ a causa del aumento de los precios
León acumula uno de cada cinco proyectos sin candidatos sólo en el primer semestre en la Comunidad. La construcción advierte del riesgo, justo cuando llegan los fondos europeos
La vertiginosa escalada de precios en las materias primas y elementos de la construcción pone en peligro la ejecución de las inversiones en obra pública , ahora que las licitaciones han recuperado el tono y justo cuando empiezan a desembarcar en los territorios los proyectos financiados con los fondos de recuperación europeos, los Next Generation . Las medidas adoptadas en marzo por el Gobierno y más recientemente por la Junta de Castilla y León para asegurar el ajuste de lo que se paga por las obras al coste real del mercado parece no convencer a todas las empresas. Las perspectivas de inflación, incertidumbre e inestabilidad no dan tranquilidad a un sector que se dejó la mitad de su estructura en la crisis financiera, y tiene serias dificultades para encontrar mano de obra y arriesgar el equilibrio financiero de su tejido empresarial.
Las consecuencias de este cúmulo de circunstancias se dejaron notar ya el año pasado a la hora de asumir la ejecución de las obras encargadas por las administraciones públicas, pero en el primer semestre del actual ejercicio la alerta es clara. Del total de proyectos licitados para la provincia entre enero y junio 17 han quedado desiertos . Suman una inversión, en el aire, de 2,4 millones de euros . Sobre todo en pequeñas localidades, donde las infraestructuras son aún más importantes. Y otro dato a tener en cuenta: el 19% de las licitaciones que quedaron desiertas en este primer semestre en la Comunidad fueron en León (17 de 89).
Otro dato para la preocupación: las renuncias . Ahí están el Mercado del Conde Luna , o los parques de bomberos provinciales . No hay estadísticas. «Pero sin duda son muchas más que las licitaciones que quedan desiertas».
Lo explica Enrique Pacual, presidente de la Cámara de Contratistas de Castilla y León. «En un año normal suelen quedar desiertas un 1% de las obras que salen a licitación, no es un dato relevante. El año pasado, cuando comenzó la extraordinaria subida del coste de las materias primas, el porcentaje se elevó al 3%. Y sólo en el primer semestre de 2022 la cifra está en el 6,5%. La tendencia es claramente al alza, y el motivo es sencillo: los precios que incluyen las obras a licitación no son precios de mercado».
Coincide en el diagnóstico Juan María Vallejo, presidente de la Asociación Leonesa de Edificación y Obra Pública (Aleop). «Subida de precios, dificultad de abastecimiento y problemas para encontrar mano de obra . Tres factores que justifican la prudencia de las empresas, justo ahora que se recuperan las licitaciones. Hay obras, pero existe también mucha incertidumbre. Y los mecanismos de revisión de precios son confusos».
El 19% de las desiertas
El presidente de la Cámara de Contratistas explica que en el primer semestre del año se licitaron en la Comunidad 1.387 obras, y de ellas 89 quedaron desiertas, un 19% en León. «La explicación puede estar en que en las previsiones de inversión de las distintas administraciones para este año León es una provincia que sale muy favorecida».
En cifras: de los 805 millones de euros de inversión prevista para el conjunto del año por parte de la Administración central Valladolid es la primera en la autonomía, con 199 millones, y León la segunda con 163 millones. Las previsiones inversoras de la Junta en obra pública son de 688 millones para las nueve provincias, y León se lleva la mayor parte con 144 millones. Y en lo que se refiere al conjunto de las administraciones locales (diputaciones y ayuntamientos) «León está entre las tres primeras, con 68 millones sobre un total de 444 millones. Está claro que unos años salen más favorecidas unas provincias y otros salen otras, pero en este caso la inversión es importante para León, y eso puede justificar el porcentaje de licitaciones desiertas».
Las obras
De las 17 obras que han salido a licitación y han quedado desiertas en la provincia la más importante por volumen de inversión es la de la Casa Ucieda-Osorio, el centro cultural y museístico en el Camino de Camponaraya. Que tenía prevista una inversión de 800.000 euros.
Le siguen los 353.000 euros de la urbanización del entorno de la iglesia de San Cristóbal en Cubillos del Sil; con los casi 271.000 euros con los que Chozas de Abajo preveía renovar el pavimento de sus calles . O los 218.000 de la r estauración del museo La Comunal de Val de San Lorenzo (que deja pendientes otros más de 93000 euros en la ampliación del mismo museo). O los 149.000 euros para la cuarta fase del proyecto de centro residencial de mayores en Toral de los Guzmanes .
Sin nadie que quiera acometer las obras queda la construcción de un edificio polivalente en Villamartín de Don Sancho; la canalización de fibra óptica entre Robledo de Torío y Villanueva del Árbol; la mejora del riego en Campazas, los parques de Cacabelos, las mejoras en el Hospital de San Antonio Abad , asfaltados y mejoras en varios pueblos,...
«Lo preocupante es que todas estas obras, sea cual sea la inversión, son importantes para el desarrollo de las localidades donde están previstas», explica Pascual.
Que indica también que «se han tomado medidas para paliar el sobrecoste de las obras, desde el real decreto del Gobierno al acuerdo de instrucciones vinculantes para aplicar ese decreto por parte de la Junta. Se trata de que las empresas tengan mecanismos para adaptar los precios de las licitaciones a los del mercado. Confiamos en que vaya corrigiéndose a lo largo del año». Aunque reconoce que la situación actual «es problemática, porque está retrasando la ejecución de las obras».
Adaptación
Desde Aleop se insiste en que los precios de las licitaciones no se adaptan a los que tienen que asumir las empresas. «Hay proyectos que se licitaron hace meses, y no se ajustan a los costes actuales. Y la incertidumbre provoca que no se arriesgue como antes por parte de las empresas a la hora de asumir nuevos proyectos». Vallejo lamenta que «esta situación se produzca justo cuando se está licitando más obra». Y reconoce que «es una situación que no se producía hace tiempo, pero la cuestión es cómo articular la indefensión de las empresas ante el encarecimiento, que va a seguir en el tiempo. El real decreto del Gobierno deja lagunas. La única solución es que los precios de ejecución de los proyectos se ajusten al coste que hay en el mercado. Y también que se asuma la inclusión de los costes de la energía, que están entre los que más se han incrementado».
De no ser así, «se producen dos situaciones: las empresas que ya han aceptado una licitación y están ejecutándola, y para las que el encarecimiento pone en peligro su viabilidad; y las que han logrado sanear su situación, y no van a poner en peligro su supervivencia, aunque suponga renunciar a obras». Una duda que se produce en un momento «de contrastes. Cuando se comienza a hablar de recesión, y a la vez hay un gran volumen de inversión previsto».
Para Enrique Pascual la norma de la Junta «establece mecanismos suficientes para canalizar las subidas de precios» en el sector. Aunque reconoce que la situación actual es atípica, con costes que se duplican en apenas tres meses. «Eso excede el riesgo con el que puede acometerse cualquier tipo de proyecto».