Muñoz asume el liderazgo del PP leonés tras la dimisión del presidente Vélez

Con apenas medio año de margen para las elecciones municipales del 28 de mayo, el PP de León resolvió ayer con un golpe de mano la crisis larvada desde el congreso provincial de hace 15 meses y que coloca al partido en la puerta de los juzgados el 15 de febrero por la demanda por presuntas afiliaciones irregulares presentada por el otro candidato, el alcalde de Villaquilambre, Manuel García. En este escenario, el presidente de la formación, Javier Santiago Vélez, presentó su dimisión a primera hora de la mañana con la coartada de sus nuevas responsabilidades en el Senado como motivación y, sin esperar, por la tarde se consagró el relevo en el seno de del comité provincial. Sin gestora, sin convocatoria de un nuevo congreso, este órgano, formado por más de un centenar de representantes y cargos, elevó la propuesta de la delegada de la Junta, Ester Muñoz, para liderar la estrategia de la formación ante el examen de las urnas.

El reto recae en la persona de mayor confianza del presidente autonómico y de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Este apoyo impulsa el liderazgo de Muñoz. La delegada autonómica cumplirá el sábado con el protocolo que marcan los estatutos: primero aprobación por parte de un nuevo comité ejecutivo y luego ratificación de la junta directiva. Aunque todo llega ya cerrado. La convocatoria en San Marcos se convertirá en una escenificación de la «unidad» que ayer la nueva mandataria se encargó de remarcar como máxima. «Yo vengo a trabajar . Empecé en este partido pegando carteles, poniendo sillas, llevando la megafonía, los bocadillos a las mesas electorales. He escrito discursos, he estado entre bambalinas, he sido senadora, he sido asesora, ahora soy delegada de la Junta. Les he dicho que no soy perfecta, que cometeré errores, que sola no voy a poder, que les necesito a todos y cada uno», expuso a la salida de la cita en la que nadie se atrevió a levantar la voz en contra de su propuesta.

Muñoz cubrió a Santiago Vélez en su justificación de que las nuevas responsabilidades en el Senado y el deseo de «dedicar más tiempo a su familia» motivan su renuncia. Pero no fue más allá siquiera cuando se le preguntó si podría tener que ver con el proceso judicial. «No he podido hablar de ese tema con él. Digo lo que ha comentado delante del comité ejecutivo», se limitó a exponer, tras agradecer «la generosidad del ya expresidente».

En los vacíos del discurso quedó también la opción de un acuerdo con Manuel García para que retire la demanda. La salida, que cuya valoración evitó hacer ayer tras el comité el implicado, evitaría el escarnio público de abrir las tripas del partido a tres meses de las elecciones. Muñoz se excusó en que procura «no hablar de lo que está en manos de la justicia» y se escudó en que, «sobre los acercamientos», quiere que «a partir del sábado el PP sea un partido muy amplio, en el que todo el mundo quepa, porque aquí no sobra nadie». «No sólo es que haya acercamientos es que tenemos que estar muy juntos todos, que trabajemos juntos y centrados en ganar las elecciones», apostilló, antes de dejar en el aire si el regidor volverá a ser candidato en caso de que abandone el camino judicial. «No lo sé, son temas que tenemos que hablar más adelante. Sólo sé que en el PP todo el que quiera trabajar tiene hueco», zanjó, ya investida como líder.

Mientras, Vélez se fue sin hablar, pero con un último servicio cumplido en la reunión: el cambio al frente del comité electoral, donde desaparece como presidente Pedro Llamas y todos los vinculados al grupo municipal del Ayuntamiento de León y entra el alcalde de Raúl Valcarce. Por este órgano deberán pasar todas las candidaturas de más de ayuntamientos de más de 20.000 habitantes: todos menos la capital Ponferrada y San Andrés. De ellos depende la Diputación: el trono que Vélez aún confía en tener.