Las obras de la urbanización de Feve paradas desde hace un año vuelven a un mes de las generales
Las máquinas han vuelto este lunes a la estación de Feve. DL
Cuando se va a cumplir 11 meses del inicio de las obras y más de 10 de la paralización consiguiente, las máquinas han vuelto este lunes a la estación de Feve. Por el momento, no pasa de una pala y un camión que han retirado material, pero marca la reanudación del proyecto que se vio frenado por la aparición de restos arqueológicos y, luego, se bloqueó por la lucha de la empresa concesionaria con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para que se reconociese el modificado en el que se sustente la ampliación del presupuesto.
El nuevo intento se anuncia otra vez como definitivo para la ejecución de un proyecto que arrastra seis años de avatares desde que se comprometió: cinco de ellos se perdieron en los despachos del Adif, que ha puesto todo tipo de impedimentos, y el otro se ha esfumado en la aparición de los restos y consiguiente pugna burocrática que dio una nueva coartada al organismo estatal para obstaculizar el avance. Ahora, con las elecciones generales a un mes vista, parece que se resuelve la disputa abierta por la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Tecsa y Dragados, que hacía valer la aparición de nuevas unidades de obra que no estaban previstas en los pliegos de condiciones redactado por los técnicos estatales, ni tenían cobijo en la factura de 2.809.796,44 euros que presentaron en la oferta con la que ganaron el concurso público, al que optaban otras 25 plicas.
La diferencia económica está salvada, aunque el acuerdo del modificado aún no se ha firmado, y ahora se retomarán los trabajos que, con menos de un mes de ejecución el pasado verano, tienen por delante todavía otros 9 hasta finalizar. El calendario, si no hay nuevos inconvenientes o bloqueos del Adif, emplaza para abril del próximo año la apertura de la reurbanización de la estación de Feve en la capital leonesa.
Las labores de adecentamiento del solar y retirada de los escombros que han decorado la zona durante todo este tiempo darán paso en las próximas semanas a las actuaciones de calado. Los operarios tendrán que retirar los restos arqueológicos encontrados, como ya autorizó la Comisión de Patrimonio en su reunión de finales de diciembre pasado. El documento reseña que, dentro de lo hallado, “la construcción más importante es una antigua casa de ferroviarios », en la que vivían los guardas, «construida al hilo de la propia línea del ferrocarril, inaugurada en 1923, la cual fue demolida hacia el año 2014». No se encuentra mayor relevancia, pese a que el informe constata que esta edificación se apoyó en su costado oriental en “sendos muros paralelos de canto rodado que pudieron servir de contención ante posibles crecidas de la presa de san Isidro, muros cuya cronología no ha podido establecerse de manera fehaciente, si bien se apunta que pudieran ser de tiempos medievales o modernos». No se sostiene, después de las excavaciones, que pudiera tratarse de parte de acueducto de la Legio VII.
La empresa adjudicataria tendrá que eliminar también un muro de contención de la obra anterior que hay en la prolongación de la calle Bilbao. No se había incluido en los pliegos de condiciones, pese a que se conocía y que el Adif contó para la redacción del proyecto con dos trabajos: el que concedió a una ingeniería leonesa y luego, después de años de parón de la promesa, el encargado para que actualizara las necesidades a Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco), una sociedad pública dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
El modificado contempla también las afecciones a diversos servicios, como un transformador de Iberdrola, que se habían obviado en la licitación. Con todo, el encargo empezará a coger velocidad en las próximas semanas. El solar de más de 10.000 metros cuadrados que quedó de la integración ferroviaria, finalizada hace cinco años y medio y todavía a la espera de la vuelta indefinida de los trenes, se urbanizará para incluir en el trazado urbano dos nuevas calles: una paralela a Renueva y otra como prolongación de Bilbao, que enlazará con Padre Isla por el espacio que queda entre los andenes y Espacio Vías. En el centro se dibuja un gran parque que conectará con los pasillos peatonales. La acometida de servicios dejará además cinco parcelas para la construcción de otros tantos edificios. Estos terrenos permanecerán ajardinados hasta que su propietario, el Adif, decida ponerlos a la venta con el aliciente de la edificabilidad de 142 viviendas por las que, en los estudios iniciales, se calculaba que podrían ingresarse 14,8 millones de euros.