RMD, obligada a retirar toneladas de residuos ocultos bajo su viejo vertedero en Santovenia

La empresa Reciclado de Materiales Diversos (RMD), con sede en Ardoncino (Chozas), deberá retirar las toneladas de residuos que enterró hace ocho años bajo su antiguo vertedero de Villanueva del Carnero (Santovenia), cuando, en realidad, debía desmantelar ese depósito por orden judicial. El magistrado del contencioso-administrativo número 1 de León había declarado ilegal el basurero y condenado a la compañía a trasladar las hasta 10 toneladas de cables y gomas que había acumulado en la parcela. También resaltaba la alarma vecinal que habían provocado en abril de 2005 varios incendios en las instalaciones, por la posible toxicidad del aire. De hecho, se activó el plan autonómico de emergencias, con recomendación de la Junta a la población de los pueblos limítrofes de no salir de sus viviendas.

Ahora, la dirección general de Calidad Ambiental ha resuelto otro expediente sancionador contra RMD, tras inspeccionar la zona, para que retire bajo la supervisión de una empresa independiente los residuos ocultos bajo el viejo vertedero. Medio Ambiente confirma que, a instancias de la Comisión Europea, se sigue la gestión de esas basuras y se informa a la UE cada dos meses de los avances. Sin embargo, no se fija un plazo para la eliminación de los residuos y deberá ser la propia RMD quién diga qué medidas adoptará.

Los representantes de la compañía no entran a valorar el expediente de la Junta, ni el Ayuntamiento de Santovenia de la Valdoncina opina sobre las consecuencias de la resolución hasta que RMD les solicite la licencia de obras.

Por su parte, Ecologistas en Acción considera ridícula la sanción económica de 3.000 euros impuesta a la empresa, pero se congratula «de que, por fin, aunque sea bajo presión europea, la Junta resuelva la retirada total de los residuos enterrados»,. Vigilarán el seguimiento de las labores de extracción «para que sea efectiva y total», e informarán, en su caso, a la Comisión. Aseguran que RMD enterró clandestinamente, en 2006, decenas de miles de toneladas de residuos industriales (peladuras de cables con polvo de metales pesados) en una extensión de cinco hectáreas, ocultándolos bajo dos metros de tierra o en grandes pozos de unos 8 metros de profundidad. Y recuerdan que la Junta «no había escuchado» las quejas de Ecologistas ni de la Plataforma Valle de Conforcos sobre la contaminación de las aguas subterráneas, como avaló la Universidad de León, por metales pesados, como cobre, zinc y plomo. De ahí que recurrieran a Europa.