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La rotonda de San Juan de Dios se prepara para su nuevo rol de filtro de la ronda norte
La rotonda de San Juan de Dios se prepara para el nuevo estatus que va a adoptar como centro neurálgico del acceso norte a la capital leonesa. La glorieta, al extremo de la avenida de San Ignacio de Loyola, en ese tramo de extrarradio, a caballo entre los términos municipales de León y San Andrés, filtrará en pocos meses la circulación periférica de la urbe que aún no ha encontrado un cauce adecuado por culpa de la ausencia de la ronda norte.
La intervención alcanza la rotonda, como una expansión de la obra que promueve Adif, que sustenta la construcción del nuevo vial, nuevo puente, que salta la vía de la alta velocidad que adaptará la conexión del tren desde León a Asturias. El avance anuncia el tramo final de la intervención; la estructura de la rotonda actual sufrirá algunas modificaciones profundas; en el ornamento del anillo interior, además del ajuste en las intersección con los tres viales por los que ahora reparte la circulación: la salida hacia la carretera de Villablino, la travesía final de San Ignacio de Loyola, y la avenida de Gutiérrez Mellado a través de la calle Río Bernesga. El añadido no es menor; ese apéndice que sorteará el casco urbano de León y San Andrés, del barrio de Pinilla, y que enlazará directamente con la carretera LE-441 es ya de por sí un efecto llamada para evitar tensiones circulatorias.
Alivio de tráfico
Son soluciones al tráfico rodado en León; esa del norte de la capital leonesa, que además del tren de alta velocidad hacia Asturias, va a dejar fluir automóviles sobre el paso elevado que conectará la comarcal 623, de la travesía de urbana de la carretera de Azadinos y Villablino hasta la LE-441, que bordea San Andrés de Rabanedo en dirección al Órbigo. Nunca ha estado más cerca que ahora León de su ansiada ronda norte, fallida ronda norte, que viene envuelta como una actuación para permeabilizar el salto de la vía del tren a las dos orillas de la nueva traza del AVE, que también entrará en servicio en uno o dos años, entre la capital leonesa y Pola de Lena.
Y a la par, una opción de alcanzar el oeste de la capital leonesa sin el tormento del callejeo por la zona del crucero y los aledaños del Barrio de Pinilla.
Se ha levantado un puente para que transiten en dos carriles, uno en cada sentido, los coches que cada día soportan el cordón de las radiales de la ciudad, por las largas avenidas de Eras de Renueva, tras regresar de la ronda Este, que muere en la carretera de Asturias, sin otra solución de continuidad que una travesía entre rotondas estrechas e intersecciones libres de semáforos y amenazas de rádares con límites de velocidad a treinta por hora.
La próxima novedad, será el enganche del vial con la rotonda de entrada a San Andrés.