INFRAESTRUCTURAS
El cierre de la rampa de Pajares pone fin a 138 años de historia del mítico túnel de La Perruca
El cierre de la Rampa de Pajares tranca la galería que cambió la historia de la obra pública en España
Se aproximan tiempos de emociones para la Rampa de Pajares , ahora que se abrió la cuenta atrás para el final, funesto, de la estructura ferroviaria más célebre que pudo soñar España, idear España, poner en servicio España.
De esa caída de vía que decora en forma de lazo el envoltorio del regalo que se hizo el despliegue del tren hace casi siglo y medio, de esos 42,7 kilómetros que suman la obra más audaz de la ingeniería española desde que el pais puso su futuro a rodar por los caminos de hierro, hay tres kilómetros que merecen un altar en el reto mitológico que se elevó a caballo de León y Asturias, y que permitió en 1884 que un tren pudiera deslizarse desde Busdongo a Puente de los Fierros; y hasta hoy.
Y hasta mayo de 2023, según el calendario de liquidación que maneja el Gobierno para cerrar el tránsito a un tramo testigo de la vida del norte a través de tres siglos. Como hoy. Porque la Perruca, el túnel franquicia de la Rampa, con su reto de longitud, con su pulso a la ley del equilibrio de mantener sereno a un tren bajo una orografía en la que a duras penas se sujeta una mula en pie, con su prospección geológica a través de la huella de tres eras geológicas, del paleozoico al carbonífero, va a hacer que a muchos ferroviarios de distintas generaciones se les empañen los ojos por la emoción el día que este paso subterráneo pase a la reserva.
Punto legendario
No habrá indulto para la cresta de este tramo, la que corona la Rampa de Pajares, el centro de un tramo de vías a dos aguas que va a seccionarse, o eso promete ahora Adif, en servicio de cercanías con tope.
En el mejor de los casos, a la Perruca le queda medio año de servicio que sumar a los 138 que lleva como inspiración de esa medalla vitalicia al honor que concede a los maquinistas que han llevado un tren por el interior de un túnel que parecía imposible cuando España aún no había perdido Cuba y que parece imposible ahora, que cuando la red ferroviaria de interés general se apresta a jubilar la joya de Pajares.
Los trenes han comenzado a circular con la estela de la nostalgia que desprende el convoy cuando llega a la siguiente estación, con el aroma de la gesta que circula por el interior del túnel que cambió para siempre, para mejor, la historia del ferrocarril español; de los Caminos del Norte , que tenían bien claro a dónde iban. Ni el Bernesga, que nace al pie del emboquille del túnel, habría soñado con las cotas de progreso que logró con el tren al pie, sin la Perruca; ni la cuenca del Caudal, habría tocado las cotas de celebridad si la Perruca no se deja atravesar por locomotoras, de vapor, carburadores o eléctricas, que llevaron, y llevan, enganchada la esperanza del territorio.
Referencia
Con la hora del adiós a tiro de la caída de seis hojas del calendario, a partir de este fin de ciclo de 2022, la Perruca se ofrece como principal inspiración parea salvar la Rampa , condenada a muerte porque «cuesta mantenerla», razonó esta misma semana la presidenta de Adif, cuando dio cuenta en el Senado de la estrategia de la estructura ferroviaria en el próximo ejercicio ferroviario.
La Perruca aporta una leyenda épica a la historia de la obra pública en España. Se comenzó a excavar, a mano, con la encomienda a la concesionaria de tener terminado el enlace del tren entre León y Gijón en un plazo de seis años; después de varios aplazamientos, anulaciones de contratos, y reajustes y retrasos que aportan cierta analogía con el embarque actual de la obra de la Variante de Pajares, la compañía de ferrocarriles de Asturias, Galicia y León, contrató el envite definitivo en 1880; dos años después, la galería estaba calada al completo; y dos años más, estaba revestido.
Todo eso forma parte de los anales de la historia del ferrocarril, que es la historia que incide en la historia contemporánea de casi todo lo que sucedió entre León y Asturias en estos tres últimos siglos; historia que no habría sido sin la Perruca, un monumento con la suerte echada.