Bruselas aprueba el plan estratégico de la PAC con 4.800 M€ para España
Para el ministro Planas la agricultura será ahora «mas justa, más sostenible y más social»
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se ha felicitado por la aprobación ayer por parte de la Comisión Europea del Plan Estratégico de la Política Agrícola Española (PAC) 2023-2027 para España, que será «más justa, más sostenible y más social».
En concreto, el titular de Agricultura ha considerado que con estos fondos los agricultores y ganaderos españoles dispondrán del «presupuesto y las herramientas necesarias para avanzar hacia una agricultura más innovadora y digital, con el foco puesto en el relevo generacional».
Junto al plan de España, Bruselas también ha aprobado este miércoles los planes de otros seis Estados miembros como son Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Polonia y Portugal.
Para Planas, se trata de una «excelente noticia», porque esta aprobación da certidumbre y seguridad al sector agrario, ya que la PAC supone entre un 20% y un 30% de las rentas que perciben agricultores y ganaderos.
El plan estratégico nacional se ha diseñado para asegurar la rentabilidad, la competitividad y la sostenibilidad de la agricultura y la ganadería españolas y de los territorios rurales donde se asienta.
Además, con el plan han quedado aprobadas las medidas de apoyo al desarrollo rural, tanto las impulsadas por las comunidades autónomas como las de competencia estatal.
De esta forma, el plan recoge en un documento único de programación medidas que en periodos pasados se distribuían a través de los diferentes Planes de Desarrollo Rural autonómicos, aprobados en distintos plazos, que podrán empezar a gestionarse sin retrasos, como ocurrió en las anteriores PAC.
El plan estratégico supone una herramienta clave para facilitar la respuesta de la agricultura a las demandas medioambientales y sociales de la sociedad, por lo que va a impulsar «cambios profundos, pero graduales», para lograr una agricultura «más justa, rentable y social».
Ayudas directas
Los agricultores y ganaderos españoles contarán con más de 4.800 millones de euros anuales en ayudas directas, de las que un 61% irán destinadas al apoyo a la renta (a través de la ayuda básica y el pago redistributivo), un 23% al pago por compromisos ambientales (ecorregímenes), un 14% a ayudas asociadas para ciertas producciones y actividades ganaderas, y un 2% para el pago complementario a jóvenes.
Entre las principales novedades destaca el nuevo pago redistributivo, una ayuda a la renta adicional para las primeras hectáreas de cada explotación destinada a favorecer la redistribución de ayudas hacia las pequeñas y medianas explotaciones, en su mayoría de carácter familiar y profesional.
Además, el plan reserva 230 millones de euros anuales para ayudas específicas para los jóvenes, a través del pago complementario de las ayudas directas y de los fondos de desarrollo rural destinados a impulsar la primera instalación. Otra de las novedades reside en que las mujeres que se instalen al frente de una explotación agraria percibirán un 15% adicional en el complemento de la ayuda a la renta que reciben los jóvenes.
Junto con las ayudas directas, este plan incluye un presupuesto anual de 582 millones de euros para programas sectoriales (frutas y hortalizas, vino, apicultura) y de 1.762 millones de euros de gasto público total para las medidas de desarrollo rural.
Entre estas últimas, destacan las partidas destinadas a inversiones (740 millones de euros, de los que un 44% serán para inversiones con fines ambientales); 370 millones de euros para los agricultores que asuman compromisos ambientales de carácter plurianual; 160 millones de euros para los programas Leader; 140 millones de euros para las explotaciones que desarrollan su actividad en zonas con limitaciones naturales; 135 millones de euros anuales para el establecimiento de jóvenes agricultores; y 70 millones de euros anuales para medidas de innovación, asesoramiento y formación.
Por otro lado, el plan destinará un 23% del presupuesto de la PAC para llevar a cabo prácticas agrícolas o ganaderas beneficiosas para el clima y el medio ambiente, a través de los denominados ecorregímenes. Los ecorregímenes incluyen prácticas como el pastoreo extensivo, el mantenimiento de pastos, las rotaciones de cultivo, la agricultura de conservación, las cubiertas vegetales o las superficies destinadas a la biodiversidad.