Los ganaderos achacan a la fauna salvaje la transmisión de tuberculosis bovina en Riaño

Los ganaderos achacan a la fauna salvaje la transmisión de tuberculosis bovina. Así lo confirma también Asaja, que denuncia que los análisis que se están realizando a los jabalíes abatidos en cacerías de la Reserva de Caza de Riaño están poniendo de manifiesto la presencia de esta enfermedad en esta especie salvaje y, en algunos casos, las lesiones son tan evidentes que ha obligado al decomiso de la totalidad de la canal de animal afectado. Los ganaderos son conscientes que desde hace tiempo se están haciendo análisis de sangre en jabalíes y que algunos han aparecido afectados y en mal estado por la tuberculosis.

«La cuestión ahora es que desde la Junta de Castilla y León siempre se había negado esa unión entre el ganado doméstico y el silvestre y que estos portasen la tuberculosis. Estos análisis nos vienen a dar la razón», señala un ganadero de la montaña. Lo que está denunciando Asaja es que los animales silvestres son los que trasmiten de un lugar a otro, a la cabaña ganadera, la tuberculosis. Ahora mismo con las restricciones que se les impone a los ganaderos es imposible la trasmisión de unas explotaciones a otra.

A este respecto se explica que un ganadero que está solo y no sale de su zona de producción de repente le aparece un animal con brucelosis cuando él tiene su toro y sus vacas y lo que hace es sacar los terneros de su explotación para la venta. Además no ha traído o comprado ningún animal de otra ganadería. La pregunta es «¿por qué aparece de la nada en esa explotación la tuberculosis?». Lo que se lleva años denunciando es que se están haciendo vaciados de explotación cuando a un ganadero le sale positiva una res y que ellos aunque están poniendo todas las medidas son conscientes hace tiempo que los animales silvestres son los que están llevando de un lugar a otro la enfermedad.

Por ello entienden que no es lógico que se le imponga a la ganadería doméstica tantísimas restricciones cuando hay un vector que no está controlado, como son los animales silvestres, que pasean libremente y van pasando de una cabaña ganadera a otra con total libertad. Es por ello que los ganaderos consideran que ya es el momento de que las valoraciones en el tema de las indemnizaciones se hagan de otra manera ya que no se puede controlar a las especies silvestres. Solo se puede controlar a la cabaña ganadera.

Hace unos 15 años se empezó con una política de tuberculosis cero. Antes los montes de las juntas vecinales eran utilizados por los ganaderos de cada pueblo, es decir, tenían licencia para todo el monte, lo que se conocía como las veceras. Pero lo que tuvieron que hacer las entidades propietarias es dividir el monte en zonas para darles un CEA de explotación o código en el que solamente podía haber un ganadero. Esto llevó a que cada ganadero en el pueblo en vez de comer los pastos en común como se hizo toda la vida, a cada uno se le asigne una zona del monte para que no estén en contacto unos animales con otros. «Ahora lo que está sucediendo es que el jabalí está conectando esos terrenos», aseguran.