Ganaderos de la montaña oriental alertan de que los ataques de lobos se están agravando
Ganaderías con incluso 28 mastines no son capaces de hacer frente a las manadas, que incluso llegan a los pueblos
Ganaderos de la montaña oriental leonesa siguen sufriendo el continuo ataque de los lobos a sus reses. La empresa Ganados Colodrón Hernáiz ya ha denunciado los constantes ataque que sus reses sufren de los lobos en los parajes del municipio de Puebla de Lillo. Concretamente los últimos ataques se produjeron en Camposolillo donde mataron a dos potras de un año de la raza hispano bretón. Hace un mes, los lobos ya le habían matado una novilla de 3 años de raza charolesa con carta. Ganados Colodrón es una empresa familiar que tiene varios centenares de reses entre vacuno y equino. Las yeguas están marcadas de Hispano-Bretón y registradas en el libro genealógico, porque es una especie que cada vez hay menos en los pueblos, a pesar del esfuerzo de Colodrón que lucha para mantenerlas.
Esta es una de las mayores explotaciones ganaderas de la provincia ya que cuenta con 1.100 ovejas, 180 vacas, 100 yeguas y 28 mastines. «Estamos aburridos con los ataques de los lobos a pesar de tener 28 mastines. Nos estamos gastando un dineral en alimentarlos, pero es igual ya que hay al no controlarse la población de lobos las manadas crecen mucho», señalan.
Además la presencia de los lobos cerca de las poblaciones cada vez es más común. Así Jonathan Martínez, vecino de Besande en el municipio de Boca de Huérgano, también ha denunciado que los lobos ya están atacando piezas de caza en el mismo pueblo. Recientemente acorralaron a una venada en el casco urbano de Besande, donde la mataron y volvieron al día siguiente para llevársela. «Todo sucedió en una finca de mi propiedad al lado de mi casa, a escasos cinco metros de mi puerta», resalta Martínez. Este vecino entiende que los lobos tienen que matar para alimentase, pero el problema es que «ya han perdido el miedo al hombre y penetran en los pueblos para cazar sus piezas». Puntualizó que hay que concienciar a la gente y los políticos para que sepan «lo que sucede en los pueblos, porque viven en una utopía y piensan que no hay apenas lobos. Hay muchos más de lo que se cree y cada vez más al no haber un control sobre esta especie».
Martínez dijo que un día se levantó y vio en su finca una venada muerta así que decidió hacerse con una cámara nocturna trampa y grabó cómo por la noche, a las 24.00 horas, volvía el lobo para llevarse arrastrando lo que quedaba de la venada. La había arrastrado 300 metros por debajo de Besande: «Ya nos pierden el respecto, se meten en los pueblos a matar los animales y cualquier día habrá una desgracia». La venada fue acorralada contra unas tapias y la mataron.
Recordó que el día de la venada un guarda grabó a un lobo matando a otro animal de la misma especie a sólo a 200 metros de pueblo y «otro día, paseando, vimos dos lobos, algo que antes no sucedía». Además, añade que los ataques se están produciendo a los mastines tal y como sucedió en Anciles y Burón.