Polémica
Mario Rivas tiene a su nombre dos fincas que un testamento otorga a otros propietarios
Las parcelas 306 y 297 tienen los mismos linderos que una finca que en el pasado siglo se llamaba Tierra Llana de la Cabén, que pasó en dos años a manos del alcalde y que son herencia de dos hermanos
Luis y Aurelio Arias son los propietarios de la finca que a principios de siglo —y según consta en las hijuelas en su poder— se conocía como Tierra Llana de la Cabén, un paraje en el inicio de la braña de San Miguel que hoy ocuparía las tierras 306 y 297. Ambas fincas constaban en el Catastro histórico como propiedad de los herederos de Domingo Rubio —hoy, Luis y Aurelio Arias— entre los años 1958 y 2000, hasta que en la revisión catastral de 2017 aparecen bajo el epígrafe ‘Desconocido’. Dos años después, el titular es ya Mario Rivas. Las investigaciones realizadas, tanto en el Registro de la Propiedad como en el Catastro histórico demuestran que los propietarios de las tierras que lindan con ambas fincas coinciden con los que constan en la Tierra Llana de la Cabén —nomenclatura con la que se conocía ese lugar de la braña de San Miguel en el pasado—. Así, según la hijuela de la herencia de Luis y Aurelio Arias, esta tierra, con una superficie de 48 áreas (alrededor de 5.000 metros cuadrados), tiene los mismos linderos que las fincas 297 y 306 de la braña de San Miguel, que Mario Rivas asegura que son de su propiedad.
Investigación
Luis Arias, uno de los supuestos propietarios de estas fincas, destaca que encargará a su abogada la investigación de este caso al tiempo que asegura que esa tierra nunca se ha vendido. Por su parte, el alcalde, Mario Rivas, ha rechazado decir a quién compró las parcelas, si bien insiste en que lo hizo. «El dueño soy yo y no tengo nada más que decir. No le voy a dar la información de a quién se la compré y si ese señor dice que son suyas, que se lo diga al periódico y luego veremos lo que pasa», advierte.
En San Miguel
El alcalde de Villablino no posee en el Registro de la Propiedad ninguna finca a su nombre, si bien es el titular de estas dos y una más —que compró en el proceso de liquidación de MSP— en el Catastro. Expertos preguntados por Diario de León aseguran que el catastro no supone propiedad y que, además, resulta complicado registrar las propiedades por la documentación que hay que presentar para cumplir con lo establecido.
La pregunta que no quiere contestar Mario Rivas resulta fundamental puesto que Luis Arias destaca que el Catastro nunca les pasó ni a él ni a su hermano la contribución de las fincas, hecho que explica por qué al menos a partir del año 2017 la institución dependiente del Ministerio de Hacienda las recoge como de titularidad desconocida.
Estas dos parcelas tienen además la misma extensión que la Tierra Llana de la Cabén: 4.318 metros cuadrados, la 306 y 882, la 297. Este detalle demostraría que la finca originaria se dividió con el paso del tiempo en las dos citadas.
La ley recoge la figura de la usucapión, que supone la adquisición de la propiedad por el transcurso del tiempo, siempre que se cumplan una serie de requisitos, entre los que destaca poseer las cosas con buena fe y justo título por el tiempo determinado en la ley, que en el caso de los bienes inmuebles implica un periodo de tiempo de diez años entre presentes y veinte años entre ausentes.
No las tiene registradas
Las dos fincas se encuentran en la braña de San Miguel, una zona en la que la familia de Mario Rivas tiene al menos cuatro fincas más que constan como propiedad de su hermano Rubén Rivas y donde este ha llevado a cabo varias inmatriculaciones en los últimos años. Es precisamente aquí donde la familia desarrolla su actividad ganadera, en la que participa personalmente el alcalde. Asimismo, en medio de todas ellas está la 296, propiedad de Antonio Arias Tronco y que Rubén Rivas trató de inmatricularse el año pasado. La propiedad de la misma se encuentra inmersa en un litigio judicial puesto que el empresario de Villablino acusa al hermano del alcalde de habérsela inscrito en el registro de la propiedad de manera ilegal.
De hecho, esta parcela, que tiene más de cinco mil metros cuadrados, fue la causa de una paliza sufrida por Arias Tronco a manos, presuntamente, de Rubén Rivas. «Están quedándose con fincas de todo el mundo», denuncia Arias Tronco, que destaca que en su caso el problema es que han tratado de aprovecharse de un fallo del catastro para quedarse con una finca que le legaron sus padres. «Es un terreno de 5.000 metros cuadrados que está en una zona de la braña, una superficie en la que ya han adquirido varias fincas y, por cojones, se quieren quedar con ella», denuncia el empresario. La finca en cuestión fue legada por los padres de Antonio Arias Tronco a sus hijos y este ha facilitado a este periódico documentos que prueban tanto la compra que de ella hizo su padre en 1958, como que él luego se la compró a sus hermanos con el resto de la herencia, por lo que es su poseedor legítimo.
Mario Rivas junto a una placa en recuerdo de los mineros de Laciana. FERNANDO OTERO
Sin embargo, el Catastro nunca cambió el nombre del propietario y da la casualidad de que el padre de Antonio Arias y su hermano tienen el mismo nombre, Nicolás Arias. «El guardia civil, cuñado del alcalde, llamó a mi hermano para decirle que eran suyas y entonces mi hermano le dio un poder a Rubén Rivas después de vendérselas de manera ilegal», denuncia. Antonio Arias Tronco explica que todas estas artimañas son posibles gracias a la labor que la mujer del alcalde desarrolla a través de la notaría, donde trabaja y desde cuyo puesto tiene acceso a información privilegiada de los bienes inmuebles. El empresario trató de interponer la denuncia en varias ocasiones, pero resultó imposible. Al principio, se dirigió a la Guardia Civil y le dijeron en el cuartel que se fuera a su casa porque —debido a la pandemia— no se podía interponer ninguna denuncia. Fue el 13 de marzo de 2020, un día antes del confinamiento. «Dos meses después de aquello regresé y entonces me dijeron que la podía haber puesto por internet», recuerda Arias Tronco, que registró entonces la querella online sin que fuera tramitada. «Por fin, acudo al juzgado un 10 de diciembre y la pongo de nuevo, pero la juez la archiva por prescripción», relata. Es entonces cuando se recurre el archivo y el fiscal decide incoar diligencias. Mientras, Antonio Arias Tronco ha realizado el recurso en el Catastro. «Ahora mismo, esas tierras están en litigio y no se puede hacer uso de ellas», explica.