La encrucijada del alcalde de Villablino
Otro vecino denuncia amenazas de Mario Rivas: "Que un mocoso me levante el palo..."
- José Corral, un ganadero de Villablino, asegura que Mario Rivas trató de intimidarle con «una guichada» y que por orden suya, unos obreros tiran escombros en una finca en la que su familia lleva como rentera desde hace 70 años - Mario Rivas tiene a su nombre dos fincas que un testamento otorga a otros propietarios - Rivas niega su implicación en las inmatriculaciones pero evita dar aclaraciones - Varios lacianiegos denuncian una trama de la familia del alcalde para apropiarse de tierras para el ganado
«De repente, llegó el alcalde y me pregunta que qué pasa. Le dije que, oye, que esto es mío. Pero ¿Cómo que es tuyo? Y le contesté ¿Qué? ¿Es tuyo, listillo? Y, entonces, va y me levanta la guichada a 50 o 60 centímetros del suelo. Que un mocoso me levante el palo... Estuve a punto de decirle ¿Qué? ¿Es que vas a pegarme como a Tronco?». El que habla es un ganadero de Villablino llamado José Corral y acusa a Mario Rivas de haberle intimidado hoy mismo después de que pidiera a unos obreros que dejaran de echar escombros en su finca. «Llegué a mi finca, en la que mi familia lleva de rentera desde 1958 y me encuentro a los albañiles que siempre trabajan para él haciendo obras en una edificación que linda con mi finca», explica en otro caso que se suma a los ya investigados en las últimas semanas.
Corral destaca que la citada edificación fue levantada con el dinero de los vecinos para albergar a familias sin recursos. «En 2020, el Ayuntamiento la arregló y, a pesar de que tuve que sacar escombros de mi finca, no dije nada porque era un tema de bien común, pero ahora»...
El ganadero subraya que esta huerta, de unos 1.500 metros cuadrados, se la alquilaron sus padres hace al menos 70 años a la familia de la Casona (familia del fallecido Carlos Gancedo) y que nunca han dejado de pagar la renta. Sin embargo, tras la discusión con el alcalde, que no dio explicación alguna a José Corral, tres agentes de la policía municipal —cuya jefatura ostenta el propio Mario Rivas como alcalde— le informó de que tenía la obligación de llevar los documentos en los que constara su derecho sobre la finca al Ayuntamiento. «Luego, volví a pasar por allí y vi que estaban Mario (Rivas) y su hermano Rubén», manifiesta.
Conflicto con Rubén Rivas
No es la primera ocasión en la que Corral tiene un traspiés con la familia Rivas. Hace algunos meses, el hermano del regidor le echó de otra huerta de Villablino en la que también llevaba muchos años como rentero. «En esa ocasión no dije nada porque no quiero problemas, pero esta vez...» Se refiere el ganadero a la parcela de la calle Pico Alto que Ana Belén González, la mujer de Mario Rivas, se quedó y que por entonces pertenecía supuestamente a una heredera que aún vive en Buenos Aires, donde su familia emigró. La parcela fue registrada después de que Rubén Rivas expulsara a José Corral el 4 de noviembre de 2019. Esta propiedad, que en el catastro histórico aparece a nombre de Manuel González Macías y herederos, constaba de una cuadra con una superficie de 76 metros cuadrados.
Manuel Macías emigró a Argentina a principios del siglo pasado, donde contrajo matrimonio con Francisca Uría, también de San Miguel, propietaria de la citada parcela. El matrimonio nunca regresó a España, con lo que fue el hermano de González Macías quien la administró y arrendó. Cuando éste murió, la finca comenzó a ser gestionada por Antonio Álvarez Rodríguez, que se la arrendó a José Corral. La finca no se vendió y fue inmatriculada por la mujer del alcalde y, posteriormente registrada.
La familia de José Corral alquiló la finca hace 70 años a la familia del fallecido Carlos Gancedo
Según el certificado del Registro de la Propiedad que obra en poder de Diario de León, la parcela fue inscrita a favor de Ana Belén González Álvarez por título de obra nueva terminada mediante escritura notarial el 27 de octubre de 2020 por la Notaría de Clara Isabel Sánchez Tenajas, en la que ella misma trabaja como administrativa.
Uno de los descendientes de Manuel Macías explica que la parcela apareció inscrita a nombre de Ana Belén González Álvarez.
«Yo hablé con Rubén Rivas y le dije que las cosas no eran así, que en Argentina estaba la heredera, María Elena Rodríguez, y que tenía que llegar a un acuerdo con ella», explica. Subraya, además, que fue a la notaría de Villablino y la notaria le informó de que para revertir la situación tenía que pedir a un juez argentino el documento que demostrara la propiedad. «Al final, pacté un precio con Rubén Rivas», destaca. María Elena Rodríguez vive en la localidad argentina de Chacabuco, en Bahía Blanca, y envió a su familiar, Antonio Álvarez Menéndez, un poder por el que le daba la capacidad de negociar, documento que también tiene Diario de León.